Línea editorial: "Unidos en favor de la Vida"

La muerte es una gran maestra de vida. En medio de la dureza de la pandemia, estamos teniendo la oportunidad diaria de comprobar el enorme bien que es la vida y al mismo tiempo hacernos cada vez mas conscientes de la vulnerabilidad común que caracteriza a nuestro tiempo. Como nos ha recordado el Papa Francisco este domingo, Dios se hizo fragilidad para tocar de cerca nuestras fragilidades. Estamos deseando, en palabras del Cardenal Omella en su carta a los Reyes Magos, poder convertir de una vez la exigida distancia social en la cercanía reconfortante de un abrazo. Pero aun en circunstancias tan complejas como las que todavía atravesamos, hay signos elocuentes del renacimiento de la vida en tiempos de pandemia. Y sin duda, uno de ellos, es la conciencia creciente de una parte de la sociedad de que hemos de estar unidos en favor de la vida, porque como ha afirmado el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, si hay algo que ayuda al progreso es acoger y defender la vida humana.

Esta Vida, con mayúscula, que resplandece especialmente en Navidad, nos da mucha luz ante las sombras y los ataques que suponen algunas legislaciones. Es el momento de estar unidos en favor de la vida, de sacar verdadero fruto de nuestra fragilidad, y de decirle al mundo con nuestro testimonio que el mejor aporte que podemos realizar al bien común es decirle no a la cultura de la muerte y pronunciar un sí rotundo en favor de la vida humana, siempre digna por complicadas que sean las circunstancias que atraviese.