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viernes, 24 de junio de 2022

X Encuentro Mundial de las Familias es “El amor familiar: vocación y camino de santidad”.

X Encuentro Mundial de las Familias: llamadas a ser alimento para la Iglesia

El amor familiar: vocación y camino de santidad. Este es el tema del X Encuentro Mundial de las Familias que se desarrolla en Roma del 22 al 26 de junio de 2022. La voz y el testimonio de algunos matrimonios de “Familias Nuevas”, rama del Movimiento de los Focolares, que participarán en el evento.

Un momento de celebración y de compartir para ser abrazados por la Iglesia, “familia de familias” (Al 87) y sentirse parte integrante de este pueblo en camino. Del 22 al 26 de junio de 2022, Roma acoge el X Encuentro Mundial de las Familias, un evento nacido por voluntad de san Juan Pablo II en 1994 y que desde entonces se ha repetido cada tres años en diferentes lugares. El encuentro, según anunció el papa Francisco en un video mensaje, esta vez se realizará de forma “multicéntrica y generalizada”, respondiendo a las necesidades dictadas por la pandemia y al deseo de muchos de participar. De hecho, en el mundo serán muchas las familias que seguirán el acontecimiento en sus respectivas diócesis, mientras que otras tendrán la alegría de vivir este momento presencialmente.

“Esta es la tercera vez que participamos en el Encuentro Mundial de las Familias y realmente cada vez traemos a casa un sinfín de regalos”.

Dori e Istvan Mezaros, Serbia

Istavan y Dori Mezaros (Serbia), son los referentes del Movimiento de Familias Nuevas de Europa del Este y cuentan la importancia y alegría de estar presentes en este evento. “En 2018 en Dublín (Irlanda), descubrimos el maravilloso tesoro que el Santo Padre nos entregó con la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, una verdadera guía para usar a diario en la familia. Hoy damos gracias a Dios por poder estar en Roma, tanto para vivir un momento de plena alegría, como para compartir con el Santo Padre y con la Iglesia universal las dificultades que vive la familia. Nos gustaría entender cómo acercarnos a las familias, también de una manera nueva, cómo acompañarlas, especialmente si están heridas”.

El tema elegido por el papa Francisco para este X Encuentro Mundial de las Familias es “El amor familiar: vocación y camino de santidad”. Una vocación hoy más que nunca puesta a prueba.

João Francisco e Soraia Giovàni, Brasil

“En nuestro país, Argentina, cuando nace una familia, la primera dificultad es encontrar estabilidad económica, pero la gran pobreza, la falta de trabajo y la inflación no ayudan a los jóvenes en esta búsqueda”, dicen Liliana y Ricardo Galli, desde hace años animadores y responsables a varios niveles de Familias Nuevas en Argentina, hoy al frente del curso internacional para familias en la ciudadela internacional de los Focolares en Loppiano (Italia). “Además – continúan – cuando la familia se amplía, los hijos llegan y crecen, no podemos contar con ninguna ayuda institucional para acompañar a los cónyuges en esta etapa, sin olvidar que el laicismo fuerte, fruto del individualismo y el consumismo, no ayuda a los jóvenes a tener proyectos. El reto, entonces, es apoyar a la familia, verla como un proyecto comunitario y cuidarla en la comunidad. Vivir en red con otras familias ayuda a mantener vivo el amor familiar y a no sentirse solos”.



Ricardo e Liliana Galli, Argentina

“El amor vivido en las familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia” leemos en “Amoris Laetitia” (Al 88) y para ser alimento es necesario hacer que esta unión se sostenga, como cuentan João y Soraia Giovani, durante muchos años responsables de Familias Nuevas en Brasil. “Desde que nos casamos, la fe nos ha guiado en nuestra relación con Dios y entre nosotros. Para nosotros el matrimonio es un camino de santidad que construimos cada día. Con gran alegría acogimos a nuestros hijos y, junto con otras familias, tratamos de poner en práctica las palabras del Evangelio, creciendo en la fe. Por supuesto que no faltaron desafíos durante estos 25 años de matrimonio y a veces no tuvimos respuestas, pero el deseo de fidelidad al amor de Dios fue un faro. Siempre hemos aprendido a contarnos todo y en momentos de dificultad hemos podido pedir ayuda. Dos palabras del Evangelio nos han guiado hasta hoy: “El Señor hace maravillas para quien es fiel” y “Quien cree en él no será defraudado”. La gracia del matrimonio es maravillosa y damos gracias a Dios por nuestra vida juntos”.

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