«Han sido meses de trabajo para muchos hombres y mujeres que se han incorporado a esta labor preciosa y enriquecedora» -decía en su presentación D. Rafael Guerrero, coordinador de la Comisión- «Para un mejor desarrollo del trabajo, se propusieron cuatro sesiones de oración, reflexión y discernimiento, que abordaron los distintos núcleos a desarrollar. Una idea principal que surge es que, para CAMINAR JUNTOS es preciso encontrarnos, tener momentos en los que podamos reflexionar JUNTOS, fieles de distinta procedencia, de distintos movimientos, asociaciones o hermandades, para conocernos, reflexionar y compartir vivencias de fe».
Tras esta primera intervención, los demás miembros del equipo sinodal fueron exponiendo las conclusiones de una cuidada síntesis diocesana, compuesta por los cuatro bloques.
Por otro lado, el obispo diocesano, hizo un repaso de este proceso sinodal asegurando que «La sinodalidad se fomenta alentando una misión. Hay algo que debemos pedir a Dios y es un camino de humildad, por eso estas cosas hay que escucharlas con criterio y discernimiento, pero con un corazón misericordioso». El prelado concluía diciendo «Me parece que todo lo que hemos hecho llega a un encuentro personal con el Señor, al que siempre tenemos que estar abiertos y a la escucha. Mi deseo es que nuestra Iglesia diocesana sea capaz de escuchar y vivir la esperanza que necesita el mundo de hoy. Esto es un tiempo de gracia, y debemos recordárnoslo».
Durante la jornada, se presentó la realidad sinodal de la diócesis, que se traduce en un total de 78 trabajos presentados, con la participación de 715 personas. De ellos, hay un 60% de mujeres y un 40% de hombres, con una edad media de 55 años. Hay que resaltar la diversidad de origen de los participantes, que provienen de muy distintos grupos, movimientos y asociaciones.
El acto quedó clausurado con la celebración de la Eucaristía.
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