El pasado sábado, 3 de junio, víspera de la festividad de la Santísima Trinidad, tuvo lugar la XXII Jornada Diocesana de Espiritualidad. En esta ocasión se celebró en el convento de Jesús, María y José, en Alcalá de los Gazules, donde las hermanas acogieron a unas 90 personas con esmero y cariño, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
El lema de esta jornada fue La fraternidad del Reino, y la ponencia corrió a cargo del sacerdote Juan Martín Baro. Sus enseñanzas comenzaron con un esbozo acerca de en qué consiste la vida cristiana, que debe fundamentarse en la fe en Jesucristo. Así, resaltó la importancia de vivir nuestra fe en comunidad. Una segunda parte de su exposición, versó acerca de cómo debe ser nuestra vida cristiana según los evangelios. Las primeras comunidades vivieron unidas en fraternidad amándose y eso fue lo que atrajo la atención de sus vecinos y conocidos. Eran comunidades abiertas, acogedoras, se atendían a los más necesitados y lo ponían todo en común. Jesús resumió esta tarea en pocas palabras: «tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros».
A continuación hubo un rato de diálogo y comentarios acerca de lo expuesto por el ponente. La última parte de la jornada, se celebró en la capilla del convento, precioso enclave íntimo y recogido donde los miembros de las comunidades de renovación carismática dirigieron un momento de oración lleno de alabanzas, invocaciones y cantos, con la presencia de Jesús sacramentado.
En momentos como este, miembros de distintos carismas, movimientos o fraternidades, unen corazones en uno solo, teniendo como centro al maestro, Jesús, que es quien les guía, convoca y les enriquece.
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