El Cristo de Medinaceli, Señor de Ceuta, se ha encontrado de nuevo con una multitud de fieles y devotos que han acudido puntuales a su cita anual. Hemos orado por todos los cautivos necesitados de liberación material o espiritual y por su querida ciudad.
Si tuviéramos que elegir una fecha para simbolizar mejor que ninguna la multiculturalidad, coexistencia o convivencia -llámelo cada cual como quiera- más allá de actos institucionales o discursos oficiales, sin lugar a dudas podría ser la de ayer sábado. No es una procesión, sino un traslado a la Casa de Hermandad donde, el lunes si -con el permiso de la lluvia- se producirá la Estación de Penitencia en la calle. Pero el traslado es el acto más populoso y genuino de la Semana Santa de Ceuta.
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