Ayer a sus 98 años murió José Luis Gutierrez García, un estudioso, divulgador y miembro destacado de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
Nació en Cádiz, ciudad a la que siempre se sintió vinculado, si bien su familia procedía de la Montaña. Durante los años de la República y la Guerra civil estudió en el Colegio de San Felipe Neri con los Marianistas, quienes le iniciaron en el estudio de los documentos pontificios. Tras la guerra ingresó en el Noviciado de la Compañía de Jesús en el Puerto de Santa María, donde se licenció en Filosofía y Letras. Posteriormente cursó en Sevilla la carrera de Derecho, que terminó en Madrid, época en la que conoció a Ángel Herrera Oria. Tras este encuentro providencial con quien había sido el primer presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, José Luis Gutiérrez entró a trabajar en la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) con Máximo Cuervo y con José María Sánchez de Muniain, a quien sustituyó como Director de la Editorial hasta su jubilación en 1989.
Aconsejado por Herrera Oria se incorporó en los años cuarenta al Consejo Editorial del periódico Ya, heredero de El Debate, donde colaboró como editorialista. En los años cincuenta pasó a formar parte del Instituto Social León XIII recién fundado por el ya obispo Ángel Herrera, y una década más tarde se incorporó al Centro de Estudios Sociales del Valle de los Caídos, en cuyas Semanas Sociales jugó un papel de primera magnitud. En los años cincuenta formalizó también su ingreso en la Asociación Católica de Propagandistas, en la que ocupó el cargo de Secretario General durante la Presidencia de Alberto Martín Artajo. Fue en distintas épocas miembro de su Consejo Nacional, y Patrono de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, que le concedió su Medalla de Oro como justo reconocimiento a su extraordinaria labor de transmisor del importante legado espiritual, social y político de Ángel Herrera Oria, a cuyo pensamiento y vida consagró no menos de una decena de títulos.
No menos importante que su labor de estudio y divulgación de la obra de quien fuera su maestro y amigo, fue proporcionar a las siguientes generaciones de propagandistas, con la ejemplaridad de su vida, un modelo a seguir por quienes deseen comprometerse con el catolicismo social.
Tras su jubilación se mantuvo tan activo como antes de la misma. Fue el primer director del Instituto de Humanidades Ángel Ayala de la Universidad CEU-San Pablo, trabajó en la edición de las Obras Completas del Padre Ayala y en las del Cardenal Herrera, y hace escasos meses remitió a la ACdP su último libro sobre El mandamiento de la adoración a Dios de vida. La Universidad CEU-San Pablo le confirió el título de doctor honoris causa el 28 de enero de 2021, ocasión en que pudo de nuevo lucir sus extraordinarias dotes oratorias.
Si fecunda fue su vida profesional como estudioso y editor de la Doctrina Social de la Iglesia, no lo fue menos su vida personal y familiar, que Dios bendijo con su feliz matrimonio con Montserrat Carreras Matas, del que nacieron once hijos. En los años 90 del siglo pasado, José Luis y su esposa fueron los representantes de España en el Pontificio Consejo de la Familia, encabezado por el cardenal López Trujillo. Perteneció a la Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes, y fue durante varios años Adorador Nocturno.
En 2002 el papa San Juan Pablo II le nombró comendador de la Orden de San Gregorio Magno.
Con él, la Asociación Católica de Propagandistas pierde a uno de sus más preclaros miembros.
Lux perpetua luceat ei
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