La oración es la principal arma en Spei Mater
La Misericordia de Dios es Infinita. Esto es lo que he podido ver mientras acompañaba por primera vez a una mujer durante su proceso de sanación después de un aborto provocado. Al principio tuve miedo, ¿podría yo ayudar a alguien tan herido? Yo poco podía hacer, era Dios quien lo haría.
He visto el resultado del mal, el fruto de la cultura de la muerte de esta sociedad, concretados en la vida y en la historia particular de una mujer destrozada, hundida en la más absoluta oscuridad.
Aunque conocía casos de mujeres y de hombres que habían experimentado la sanación después del aborto, en mi debilidad, y mirando de cara a este dolor, hubo muchos momentos en que yo misma dudé de que esta situación pudiera mejorar.
Y, como el Apóstol Tomás, tuve que verlo con mis propios ojos para poder creerlo del todo: la Misericordia de Dios es Infinita. Donde estaba el rencor, el odio, la tristeza más profunda, Dios puso el amor, la alegría y el perdón. El PERDÓN en mayúsculas, lo que humanamente era imposible, Él lo hizo posible.
La herida abierta se convirtió en una cicatriz que poder mirar con paz. Y Dios dio una vida nueva a esta mujer que, además, comenzó un proceso de conversión en el que no solamente se reconcilió con ella misma y con los demás, sino con Dios, y ahora vive muy cerca de Él.
Gracias al equipo de oración, porque la oración es la principal arma en Spei Mater. Gloria a Dios por este Milagro y por permitirme acompañar a esta mujer, siguiendo los pasos de sanación de este maravilloso proyecto que, sin duda, viene de Dios.
Testimonio anónimo como consejera del Proyecto Raquel
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