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sábado, 8 de mayo de 2021

LA ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL (DSI) Por Rafael Serrano

Esta semana abordo el importante tema de la necesidad de organismos internacionales, como la ONU, que regulen las relaciones entre la Naciones y velen por el respeto de la dignidad y los derechos humanos, de modo que los conflictos se resuelvan según los planes de Dios de manera pacífica, si bien a veces esta Organización no ha servido al bien común como debería, abordando de manera incorrecta problemas de gran trascendencia, como la defensa de la vida y otros. Os deseo una feliz semana en el gozo de la Pascua.

 LA ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL 

El valor de las organizaciones internacionales 

“La Iglesia favorece el camino hacia una «comunidad» internacional, que ha asumido una dirección precisa mediante la institución de la Organización de las Naciones Unidas en 1945”. 

Así lo prueban las numerosas visitas realizadas por los Papas a este organismo desde que por primera vez el Papa San Pablo VI, visitara la sede de la ONU el 4 de octubre de 1965 a los 20 años de su creación y posteriormente San Juan Pablo II, Benedicto XVI y más recientemente, en septiembre de 2015 el Papa Francisco. 

“Esta organización «ha contribuido a promover notablemente el respeto de la dignidad humana, la libertad de los pueblos y la exigencia del desarrollo, preparando el terreno cultural e institucional sobre el cual construir la paz». La doctrina social, en general, considera positivo el papel de las organizaciones intergubernamentales, en particular de las que actúan en sectores específicos, si bien ha expresado reservas cuando afrontan los problemas de forma incorrecta.”

 Formas incorrectas de afrontar los problemas han sido las reiteradas en diversas comisiones que han tratado de imponer su agenda para la implantación del aborto y de la ideología de género, como planteaba recientemente en el sexagésimo quinto período de sesiones que tuvo lugar del 15 al l26 de marzo pasado, el borrador del documento presentado a la aprobación de la asamblea. (https://www.hispanidad.com/confidencial/onu-otravez-hacer-ingenieria-social-en-su-comisionmujer-aborto-ideologiagenero_12024926_102.html

“El Magisterio recomienda que la acción de los organismos internacionales responda a las necesidades humanas en la vida social y en los ambientes relevantes para la convivencia pacífica y ordenada de las Naciones y de los pueblos. 

La solicitud por lograr una ordenada y pacífica convivencia de la familia humana impulsa al Magisterio a destacar la exigencia de instituir «una autoridad pública universal reconocida por todos, con poder eficaz para garantizar la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos». Es esencial que esa autoridad sea el fruto de un acuerdo y no de una imposición, y no se entienda como un «super-Estado global». 

Una autoridad política ejercida en el marco de la comunidad internacional debe estar regulada por el derecho, ordenada al bien común y ser respetuosa del principio de subsidiaridad: «No corresponde a esta autoridad mundial limitar la esfera de acción o invadir la competencia propia de la autoridad pública de cada Estado. 

Una política internacional que tienda al objetivo de la paz y del desarrollo mediante la adopción de medidas coordinadas, es más que nunca necesaria a causa de la globalización de los problemas.» 

Actualmente estamos viviendo un momento especialmente grave debido a la pandemia que requiere esa coordinación en las medidas a adoptar y en la distribución de las vacunas, de manera que sea posible que éstas lleguen a todos los países, sin que queden excluidos los más desfavorecidos. En varias ocasiones, el Papa Francisco ha afirmado la necesidad de lograr que las inminentes vacunas contra el Covid-19 estén disponibles y sean accesibles para todos, para evitar la “«marginalidad farmacéutica»: «si existe la posibilidad de curar una enfermedad con un medicamento, éste debería estar al alcance de todos, de lo contrario se comete una injusticia» (https:// www.google.com/search? q=la+santa+sede+ante+la+distribuci%C3% B3n+de+la+vacuna+covid&rlz=1C1

“En particular, las estructuras intergubernamentales deben ejercitar eficazmente sus funciones de control y guía en el campo de la economía.” 

La personalidad jurídica de la santa Sede

 “La Santa Sede goza de plena subjetividad internacional, en cuanto autoridad soberana que realiza actos jurídicamente propios. Ejerce una soberanía externa, reconocida en el marco de la comunidad internacional, que refleja la ejercida dentro de la Iglesia y que se caracteriza por la unidad organizativa y la independencia. 

Edificio de la ONU en New York La actividad internacional de la Santa Sede se manifiesta objetivamente según diversos aspectos, entre los que se hallan: el derecho de legación activo y pasivo; el ejercicio del Ius contrahendi (derecho de negociar o pactar), con la estipulación de tratados; la participación en organizaciones intergubernamentales, como, por ejemplo, las que pertenecen al sistema de las Naciones Unidas; las iniciativas de mediación en caso de conflicto. 

El servicio diplomático de la Santa Sede es un instrumento que actúa no sólo para la libertad de la Iglesia, sino también para la defensa y la promoción de la dignidad humana, así como para establecer un orden social basado en los valores de la justicia, la verdad, la libertad y el amor.” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, II c. 9, nn.440- 445). 

 Rafael Serrano Molina

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