Queremos es denunciar el avance imparable que se está produciendo de la llamada corrección política como un conjunto de ideologías que entendemos que son tremendamente lesivas para el cristianismo, porque suponen un cambio radical del acervo cultural que arrasa con el legado del cristianismo en muchísimos aspectos y lo desvaloriza de manera brutal. Además, supone una redefinición del concepto del bien y el mal que no se corresponde con lo marcado por el Evangelio, aparcando la moral cristiana para crear una nueva moral. Estos planteamientos dejan fuera de juego a la Iglesia y a los cristianos en general. Esto se traduce en una amenaza grave a la libertad de conciencia, de expresión y, en cierta forma, a la libertad de evangelización. (Reflexión de Sánchez Saus en la presentación del CCVP)
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