Durante la noche del sábado 3 al domingo 4 de julio se celebró la tradicional Vigilia de las Espigas, que en esta edición tuvo lugar en el Santuario de Nuestra Señora de los Santos, presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza.
Organizada por el Consejo diocesano de la Adoración Nocturna Española para agradecer a Dios, de manera particular, las Gracias obtenidas por los abundantes frutos del mar, de la tierra y de toda la actividad humana; contó con la presencia de las Secciones de Cádiz, Puerto Real, Chiclana de la Frontera, Ceuta, Barbate, San Roque, una representación de los Consejos de Asidonia/Jerez y El Puerto de Santa María, y representantes de la que fuera Sección de Alcalá de los Gazules con su bandera.
Con la tradicional procesión de banderas por los exteriores del Santuario dio comienzo la Vigilia de Acción de Gracias, que continuó, una vez en el templo y tras el saludo del Vicepresidente diocesano, con el rezo solemne de Vísperas y la Santa Misa que presidió Mons. Zornoza, y que fue concelebrada por D. Guillermo Domínguez Leonsegui, Consiliario diocesano de la Obra, y D. Tomás Díaz Artola, párroco de San Jorge.
En su homilía, D. Rafael, tras felicitar a los asistentes por la fidelidad a la celebración de esta Fiesta de las Espigas, desgranó el mensaje contenido en el evangelio de San Marcos proclamado en la Misa, exhortándoles a continuación a proseguir la misión evangelizadora ya que “…todos deberíamos querer evangelizar, comenzando por nuestra familia y amigos, dando testimonio de Cristo, y darlo como Adoradores, para mostrar a los otros que nos ama, salva y consuela,… Que en este mundo relativista y secularizado, no seamos nosotros la oposición a Cristo, sino que podamos mostrar a los otros con humildad nuestras convicciones y nuestra fe…”.
Tras los turnos de vela al Santísimo Sacramento, que ocupó toda la noche, se continuó con el rezo del Santo Rosario y la oración comunitaria de Laudes, que una vez finalizada, se formó en corporación para con S.D.M. trasladarse en procesión al lugar desde donde se procedería a la Bendición de los campos.
Despuntando el alba, el padre Guillermo impartió la Bendición Eucarística sobre los campos y el mar de nuestra diócesis y sobre toda la actividad humana que, gracias a la Providencia, hace posible que de los “frutos del mar y de la tierra y del trabajo del hombre” podamos obtener lo necesario para nuestro sustento.
Culminaba así la Vigilia de las Espigas 2021, que aún en circunstancias especiales por la covid-19, y en la que se hizo memoria de las víctimas por la epidemia, se puso un sentido broche de oro a esta tradicional Vigilia, que había comenzado la noche anterior sobre las 23.30 horas.
Fue una noche realmente santa, con Jesús Sacramentado como único centro de su vela; aprendiendo de Él, fuente del amor divino, como hemos de mirar a nuestro prójimo con ojos de misericordia y compasión fraterna. Haciendo nuestros sus anhelos y sufrimientos, y pidiendo la luz y la fuerza que nos ayuden a “no pasar nunca de largo ante el sufrimiento humano”.
Con el canto de la Salve y la despedida del Consiliario Diocesano a todos los colaboradores y asistentes, se agradeció expresamente a D. Tomás toda su disponibilidad y las esmeradas atenciones recibidas.
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