“El trabajo es “el fundamento sobre el
que se forma la vida familiar, la cual es
un derecho natural y una vocación del
hombre”. El trabajo asegura los medios
de subsistencia y garantiza el proceso
educativo de los hijos. Es necesario que
las empresas, las organizaciones profesionales, los sindicatos y el Estado se hagan
promotores de políticas laborales que no
perjudiquen, sino favorezcan el núcleo
familiar desde el punto de vista ocupacional.”
Actualmente requiere una especial atención una organización laboral que permita
la conciliación con la vida familiar de
ambos cónyuges.
B) Las mujeres y el derecho al trabajo
“El genio [la índole o disposición] femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello se ha de
garantizar la presencia de las mujeres
también en el ámbito laboral .El reconocimiento y la tutela de los derechos de las
mujeres en este ámbito dependen, en general, de la organización del trabajo, que
debe tener en cuenta la dignidad y la vocación de la mujer, de manera que no
deba pagar su promoción con el abandono del carácter específico propio” cuyo
primer derecho es la libertad para ser madre, “y en perjuicio de la familia, en la
que como madre tiene un papel insustituible. La urgencia de un efectivo reconocimiento de los derechos de la mujer en el
trabajo, se advierte especialmente en los
aspectos de la retribución, la seguridad y
la previsión social.”
C) El trabajo infantil.
“El trabajo infantil y de menores, constituye un tipo de violencia menos visible,
mas no por ello menos terrible.”
Bien es cierto que en países desarrollados, como el nuestro, existe una legislación laboral que hace prácticamente imposible el trabajo infantil, pero no es menos cierto que “en ciertos países, la contribución de los niños con su trabajo al
presupuesto familiar y a las economías
nacionales es irrenunciable. La doctrina
social denuncia el aumento de la
“explotación laboral de los menores en
condiciones de auténtica esclavitud”. Esta
explotación constituye una grave violación de la dignidad humana de la que todo
individuo es portador, “prescindiendo de
que sea pequeño o aparentemente insignificante en términos utilitarios”.
D) La emigración y el trabajo.
“La inmigración puede ser un recurso
más que un
obstáculo para
el desarrollo.
En el mundo
actual, en el
que el desequilibrio entre países ricos y pobres se agrava
y el desarrollo de las comunicaciones reduce rápidamente las distancias, crece la
emigración de personas en busca de mejores condiciones de vida; su llegada a los
países desarrollados, a menudo es percibida como una amenaza para los elevados
niveles de bienestar. Los inmigrantes, sin
embargo, en la mayoría de los casos, responden a un requerimiento en la esfera
del trabajo, que de otra forma quedaría
insatisfecho, en sectores y territorios en
los que la mano de obra local es insuficiente o no está dispuesta a su contribución laboral”.
En nuestra región geográfica vemos cómo cada año llegan trabajadores inmigrantes para la recogida de la fresa u otras
labores agrícolas.
“Las instituciones de los países que reciben inmigrantes deben vigilar cuidadosamente para que no se difunda la tentación de explotar a los trabajadores extranjeros. La regulación de los flujos migratorios según criterios de equidad y
equilibrio es una condición indispensable
para conseguir que la inserción se realice
con las garantías que exige la dignidad de
la persona humana”.
Es necesario que se termine con el tráfico ilegal de personas humanas, que son
objeto de abusos, trato inhumano, degradante y peligroso para su vida y sin garantías de una inserción laboral acorde con la
dignidad de las personas.
E) El mundo agrícola y el derecho al
trabajo.
El trabajo agrícola merece una especial
atención, debido a la función social, cultural y económica que desempeña en los
sistemas económicos de muchos países, a
los numerosos problemas que debe afrontar en el contexto de una economía cada
vez más globalizada y a su importancia
creciente en la salvaguardia del ambiente
natural. (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. II, c.6, nn. 294-300)
Rafael Serrano Molina
No hay comentarios:
Publicar un comentario