La Playa de los Lances, en Tarifa, ha acogido, en la tarde del viernes 20 de octubre, la tradicional vigilia de oración, que organiza el Secretariado Diocesano de Migraciones con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, por todas las personas migrantes que han perdido su vida o han desaparecido intentando cruzar el Estrecho.
Alrededor de 200 personas se han unido en oración alrededor de una patera, que ha simbolizado este drama cruel y sin sentido al que estamos asistiendo, y doce antorchas como recuerdo a las doce tribus, a todos los pueblos.
El rezo comunitario estuvo presidido por el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, que estuvo acompañado por los padres Scalabrinianos, Sante Zanetti, director del Secretariado Diocesano de Migraciones; y Livio Pegoraro, coordinador del Secretariado Diocesano de Migraciones en el Campo de Gibraltar y Ceuta. Asimismo, hubo una representación de la comunidad musulmana en la provincia.
El acto comenzó con la monición de entrada, pronunciada por el director del Secretariado de Migraciones. El padre Sante Zanetti afirmó que “no nos podemos acostumbrar a considerar los naufragios como noticias y a los muertos como cifras. Son nombres y apellidos, rostros e historias. Son vidas rotas y sueños destrozados. Frente a semejantes dramas no sirven las palabras, sino los hechos, pero antes hace falta humanidad, silencio, llanto, compasión y oración”.
Por su parte, el obispo diocesano dio las gracias a todos los asistentes a esta oración comunitaria. “Queremos orar juntos, aquí en esta playa que ha visto y ha recogido a tantos cadáveres de tantos que han dejado la vida, porque haciéndolo así nosotros mismos nos comprometemos mejor por la justicia y por la paz, intentando ayudar a los demás y ser útiles en todo lo que podamos hacer”.
Tras la invocación del Espíritu Santo se leyeron testimonios sobre personas que han fallecido tratando de llegar a nuestro país.
Con el Salmo Sufí Acrecienta mi luz, del profeta Mahoma, y la lectura de la Palabra de Dios, llegó el momento del acto simbólico en el que se colocaron tres carteles con los nombres de personas migrantes fallecidas. A través de cantos y momentos de silencio y oración se quiso reflejar el sentimiento de dolor, de solidaridad y afecto, al tiempo que el deseo de que este paso fronterizo en las aguas que separan las dos orillas dejen de ser espacios de dolor, sufrimiento, dramas y muertes, y se conviertan en lugares de encuentro, amistad e intercambio entre los pueblos de los dos continentes.
Con una oración por los migrantes fallecidos, pronunciada por Mons. Rafael Zornoza, el rezo del Padrenuestro y el Al-Fatiha musulmán, se puso punto final a la ceremonia, que terminó con una ofrenda floral al mar, en señal de duelo por los fallecidos y todos aquellos que no consiguieron llegar.
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