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domingo, 1 de octubre de 2023

La Diócesis de Cádiz y Ceuta celebra la ordenación de un presbítero y tres diáconos

 


La Iglesia de Cádiz está de fiesta. La Santa Iglesia Catedral acogió en la mañana de ayer la ordenación del presbítero Jesús Francisco Molina Fernández, y la de los diáconos Anthony Enitame Acuase, Daniel Gutiérrez García y Bryan García Rodríguez.

El Obispo de la diócesis, Mons. Rafael Zornoza presidió la ordenación de los aspirantes, todos procedente del Seminario Conciliar San Bartolomé. Buena parte del clero diocesano, miembros del Cabildo Catedral y numerosos asistentes acompañaron a los ya ordenados en este día tan marcado para ellos.

Mons. Zornoza se dirigió a los ordenados durante la homilía «Jesús os ha llamado por vuestro nombre. Este modo de seguir al Señor exige que debemos vivir una vida entregada por Él y por los hermanos. Somos llamados a participar en los duros trabajos del Evangelio»

Servidores de Cristo

El prelado hacía referencia a la misión que ahora tienen encomendada «No se puede plantear la vida sacerdotal, más que en clave de Espíritu Santo. Esta entrega sin reserva, abarca toda la existencia a tiempo completo, siguiendo a Jesucristo en todo momento, sin reservas. Tenéis que ser santos, ministros de Dios pero con la mente de Cristo, renunciando a vosotros mismos para hacer su voluntad. Lo nuestro es seguir a Cristo y confirmar nuestra vida, con su Cruz».

En esta línea, Mons. Zornoza aseguraba que «la iglesia necesita sacerdotes enamorados de Jesucristo, configurados con Él. Para eso, la eucaristía debéis vivirla como médula indispensable en vuestra vida. que exprese la unión con Cristo y que la intensifique».

«Cuidad de los pobres, de los heridos, de los desvalidos…,tendréis que evangelizar donde sea necesario. Quered a la gente, buscad y atender a cada uno y querer mucho a la Virgen María, a la madre de los sacerdotes» finalizaba.

Terminada la homilía, los ordenandos realizaron la súplica litánica, en la que se postran en señal de entrega total, servicio y humildad. Asimismo, con el gesto apostólico de la imposición de las manos por parte del obispo, culminó la ceremonia de ordenación.

Tras la recepción de las vestiduras propias del ministerio, la liturgia propia de la Santa Misa transcurrió de manera normal. el nuevo sacerdote y diáconos celebraron junto al resto del presbiterio y pudieron distribuir la comunión a unos familiares y amigos visiblemente emocionados.

 

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