Translate

miércoles, 4 de octubre de 2023

El Secretariado diocesano de Personas Mayores, presente en el encuentro de la CEE

 


El pasado sábado, se celebró en Madrid la primera Jornada nacional de Agentes de Pastoral de las Personas Mayores, con la participación de alrededor de 60 personas. La Diócesis de Cádiz y Ceuta se sumó a este encuentro a través de la asistencia de la directora del Secretariado Diocesano de Personas Mayores.

Convocada por la Subcomisión episcopal para la Familia y defensa de la Vida, la  la Jornada ha tenido el triple objetivo de profundizar en el documento “La ancianidad, riqueza de frutos y bendiciones”, conocer experiencias actuales de pastoral de las personas mayores y compartir necesidades y propuestas para impulsar en las diócesis esta pastoral.

Mª del Mar Manuz, directora del Secretariado de la Diócesis destaca que «además de conocer las distintas realidades diocesanas en el impulso de esta pastoral, esta primera Jornada ha permitido algo tan importante como hacernos sentir el fermento vocacional que nos une a todos los que desde la Iglesia queremos llevar la revelación del amor de Dios a la realidad actual del mayor, sea desde el movimiento Vida Ascendente, la pastoral de la salud, la pastoral familiar, la pastoral socio-caritativa, etc… Este fermento es Jesús. Y su Iglesia, con el Papa a la cabeza, nos pide que atendamos los signos de los tiempos, estamos en la sociedad del mayor».

Junto a la íntima comunión con el Papa que impulsa esta pastoral, se ha subrayado la necesidad de superar la inercia de bloques compactos en el trabajo pastoral, separados unos de otros. En ello incidió especialmente Mons. D. José Mazuelos Pérez, Obispo de Canarias y Presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, al señalar que la pastoral del mayor ha de responder a una visión nueva y transversal que llevará a extender su acción en muchos campos. Bien entendida, la pastoral del mayor puede ser “el eslabón perdido para dar cohesión” al resto de campos pastorales.

En definitiva, al servicio que históricamente desarrolla la Iglesia desde sus comienzos allí donde la vulnerabilidad humana lo ha necesitado, ahora ha de unirse una visión nueva de las personas mayores no sólo como sujetos de cuidado, sino también como agentes de pastoral, para que, como pequeñas luciérnagas, lleven a los demás la luz y la ternura en la que son doctores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario