En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, Cádiz se echó a la calle para rezar por el fin de la pandemia y sus víctimas

 

En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los fieles de Cádiz celebraron una jornada para pedir la intercesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno, regidor perpetuo de Cádiz, y Nuestra Señora del Rosario, patrona de la ciudad, para que acabe de una vez por todas la pandemia de la Covid-19. Como en otras ocasiones, a lo largo de los siglos, el pueblo de Cádiz volvió a encomendarse a los protectores de la ciudad en momentos de dificultades, maremotos, epidemias…, ante una sexta ola de coronavirus que amenaza en el horizonte.

Así, la jornada comenzó a primera hora de la mañana con el traslado de ambas imágenes a la Catedral, donde el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, presidió la eucaristía. Con la Patrona y el Señor de Santa María ocupando las naves laterales del templo, a las que también acompañaron los Patronos, San Servando y San Germán, se dio gracias a Dios nuestro Señor y a la Santísima Virgen por la protección dispensada en los últimos tiempos a la ciudad. 

Por la tarde, el recorrido de vuelta del cortejo procesional con el paso de Nuestra Señora del Rosario y el de Nuestro Padre Jesús Nazareno transcurrió por Arquitecto Acero, Plaza de la Catedral, Cobos, Cristóbal Colón, Nueva, Plaza de San Juan de Dios, Sopranis, Compás de Santo Domingo, Botica, Concepción Arenal y Santa María. 

Uno de los momentos más especiales fue el que se vivió en la Plaza de San Juan de Dios, donde, en presencia de ambas imágenes, se rezó una oración en recuerdo de los que han perdido la vida por la pandemia del coronavirus. Además, la hermandad de la Santa Caridad impuso a la Patrona de Cádiz y al Nazareno la ‘tohalla’ de la corporación en agradecimiento a los dos regidores perpetuos de la ciudad por su intercesión y ayuda a los enfermos y a la propia hermandad. 

Así, durante el recorrido de las dos imágenes se contó con el acompañamiento musical de Maestro Dueñas, la Agrupación Musical Jesús Cautivo de Estepona y un itinerario de villancicos flamencos en el que varios grupos convirtieron su música en rezos, representando el sentir del barrio de Santa María.