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viernes, 16 de agosto de 2019

Disfrutad del verano, que es un regalo de Dios



Descanso no es sinónimo de vaciedad sino que debe ser un tiempo de aprovechamiento evangelizador. Vivamos el descanso como lo que es, un adelanto de lo que será nuestra vida eterna: centrados en lo esencial, disfrutaremos sin ansiedad de una novedad siempre mayor. Quien se deja llevar de la mano por el Maestro “a un lugar a parte a descansar” como los discípulos (cf. Mc 6, 30-34) descubre este nuevo horizonte. Entonces habitaremos y transformaremos nuestro ambiente de ocio en vez de que él nos transforme a nosotros vaciándonos y dejándonos más cansados de cómo empezamos. Con Cristo no hay stress post vacacional porque nuestro descanso se convierte en el tiempo para redescubrir el sentido precioso y lleno de valor de nuestra vida. Disfrutad del verano, que es un regalo de Dios.

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