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sábado, 13 de enero de 2024

Hakuna Group Music: “Es posible unir a Dios con la buena música, porque Dios está presente en todo”

 


Además de lograr canciones que ayudan a rezar y a encontrarse con Dios, Hakuna Group Music ha conseguido que canciones católicas evangelicen los espacios de ocio. Sus temas suenan en discotecas, gimnasios y festivales. ¿Cómo lo han conseguido?

Podría sonar en un festival o en cualquier emisora de música tecno. La canción acumula más de tres millones de reproducciones en YouTube, y más de un millón de usuarios de TikTok la han utilizado como fondo en sus vídeos. Los comentarios que recibe son de este corte: “Ahora Dios estará en mis entrenamientos del gym”, “+50 kg en laterales si la escuchas”, “Día de Fabrik, rezando para que pongan este temazo”… Se trata de Huracán remix, una versión dance de uno de los temas religiosos más populares de Hakuna Group Music, creado por un youtuber ajeno al grupo católico y que se dedica a versionar con ritmos electrónicos hits de artistas como David Guetta o Cher. 

Y como el éxito es contagioso (y viral), a mediados de octubre los DJ de música electrónica PMK Three pincharon en el Eternal Sun Festival de Valencia un mashup (una mezcla de dos canciones) de un conocido DJ sueco y del tema Enciéndeme de Hakuna. En 10 días, el video que subieron a TikTok (y en el que se ve a buena parte del público coreando la letra) había superado las 25.000 reproducciones. Más allá de discusiones sobre el copyright o sobre qué canción es mejor, si la original o la versión tecno, ambos éxitos revelan hasta qué punto sus canciones, con sus letras explícitamente católicas, ha penetrado en un espacio en el que hasta ahora no había entrado ningún compositor cristiano: el entretenimiento de masas.

“Al cantar usamos expresiones corrientes que conectan con cualquiera” 

Con 240.000 oyentes al mes en Spotify, y algunos de sus éxitos en el Top 3 de esa plataforma, no es ningún secreto que Hakuna Group Music ha revolucionado la música católica. Pero lo más llamativo es que su música no suena sólo en un rato de adoración, sino que cientos de miles de jóvenes las escuchan cuando salen a correr, en el gimnasio, mientras conducen o cuando están de fiesta. 

Un lenguaje corriente

 “El secreto –explica para Misión Víctor, miembro del grupo y responsable de que suene la armónica en temas tan exitosos como Baila y déjate de historias –es sencillo: nuestra música y nuestras letras son de verdad. Cantamos lo que vivimos, lo que rezamos, lo que sentimos… Y cuando la gente lo escucha, percibe esa verdad que todo el mundo ansía y que el mundo no te puede llenar”. 

Un mensaje que presentan con expresiones tan normales como pegadizas.  “Al cantar usamos un lenguaje que es el nuestro. Cantamos con palabras sencillas y expresiones corrientes que conectan con cualquiera, porque cuando hablamos con Dios también lo hacemos así. Y eso que, a veces, los católicos usamos palabras rebuscadas para hablar de Dios y con Dios, no el lenguaje que usaríamos con un verdadero amigo”.

“En realidad –añade María, voz del tema Capricho y una de las encargadas de recoger el Premio Revista Misión 2023 que recibió Hakuna Group Music el pasado octubre –, nosotros no sacamos canciones ‘para la gente’, sino que la música nace de nuestro deseo de hablar con Dios y de la necesidad que tenemos de mostrar que somos jóvenes normales y a la vez católicos. Por eso sacamos lo que llevamos dentro, y el público entiende que es posible unir a Dios con las cosas que nos interesan a los jóvenes y con la buena música, porque Dios está presente en todo”.

De Coldplay a Nil Moliner

“Pero solo un buen mensaje no abre las puertas de discotecas y gimnasios”, les objetamos. Y aquí aparecen dos ingredientes claves. “Primero, que nuestro productor [Íñigo Guerrero] es un crack y nos ayuda a introducir una mayor riqueza musical. Por ejemplo, la canción Bendito hace que las letanías de la Hora Santa suenen como el tema tribal Hijo de Hombre de Phil Collins; otras siguen ritmos parecidos a los de Coldplay, y el último single, Olor a tostadas, podría ser una canción de Nil Moliner”, explica Víctor.

“Es posible unir a Dios con la buena música, porque Dios está presente en todo” 

El segundo y más importante aún, en palabras de María, “es que todo esto es cosa de Dios. Si Él no quisiera que nos pasaran cosas tan impresionantes como llenar dos veces el Palacio de Vistalegre o colgar un ‘Sold Out’ en el Wizink para el concierto del 6 de enero, no estaría pasando. Pero es Él quien se está empeñando en abrirse un hueco para llegar a miles de personas que no le conocen o le han olvidado, y decirles que la Iglesia es su casa y que pueden encontrarle en sus movidas, en sus cosas… ¡en todo!”.  No sólo entre los pucheros de santa Teresa, sino que también entre pesas, copas o juegos de mesa anda el Señor, a ritmo del grupo musical Hakuna.

Hakuna ha elevado la calidad de la música católica a un nivel 100% profesional. Por eso, cada concierto –como el de Vistalegre de estas imágenes– es una experiencia catártica para miles de jóvenes que escuchan hablar de Dios explícitamente, mientras se divierten como lo harían en un buen festival
Dios llega en modo random

Las historias impactantes se les acumulan. Por ejemplo, la de los técnicos de sonido de Vistalegre que, cuando vieron al público arrodillado en la canción Noche, sintieron que “ahí estaba pasando algo especial, algo más grande que en cualquier otro concierto, y se arrodillaron también para orar con todo el público”, como les confesaron después. O como la familia de un joven asesinado, a la que unos amigos invitaron al concierto “para distraerse” y acabaron convirtiéndose a la fe y encontrando en la Iglesia el mejor hogar para su duelo. Incluso en el grupo hay testimonios de conversión: “Un amigo suyo –explica María– estaba alejado de Dios. Y un día, mientras escuchaba música random en Spotify, le saltó Pasión de Dios. Le tocó tanto que volvió a escucharla, empezó a cuestionarse su vida, con el tiempo hizo un retiro de Effetá, y al final acabó en Hakuna y ahora canta con nosotros”. 

Artículo publicado en la edición número 70 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.

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