En España como en el resto de países de tradición cristiana este día se celebra como una forma de homenajear a todos los santos, conocidos y desconocidos, desde que en el año 835 el papa Gregorio IV estableció en el calendario esta festividad, después de que el papa Gregorio III consagrara una capilla en el Vaticano en honor a todos los santos.
No vivimos para morir, sino que la muerte es la puerta de la vida eterna, que es el clamor más profundo del hombre de todas las épocas, porque lleva en lo más profundo de su corazón el anhelo de la inmortalidad
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