Desde que se conociera, en la tarde de ayer, la noticia del fallecimiento del Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, Don Antonio Ceballos Atienza, han sido muchos los fieles, familiares y amigos que han querido despedirse de este “hombre de Dios”, que dedicó su vida a la Iglesia desde las distintas responsabilidades que ocupó, primero como presbítero diocesano en Jaén y, más tarde, como Prelado en Ciudad Rodrigo y en Cádiz-Ceuta.
Anoche quedaba abierta la capilla ardiente en la Casa de la Iglesia, en la misma Capilla mayor donde fue ordenado sacerdote, por Monseñor Romero Mengíbar, hace 60 años y en lugar en el que el querido Obispo Ceballos desarrolló una gran labor como Rector en los años 80.
Los restos mortales de Monseñor Ceballos han sido trasladados hasta la Catedral de Jaén donde el Obispo ha presidido una celebración eucarística por el eterno descanso de su alma, antes de ser trasladado hasta Cádiz, donde de nuevo volverá a ser velado su cuerpo y mañana tendrá lugar la Misa de Córpore insepulto en la Catedral de donde es emérito.
A ella se han unido familiares directos de Monseñor Ceballos, el alcalde de su localidad natal, Alcalá la Real, de donde es Hijo Predilecto, así como miembros de la Corporación local.
El féretro, a los pies del presbiterio, estaba rodeado de numerosas coronas en recuerdo y agradecimiento a su vida de servicio pastoral.
En la homilía, el Obispo de Jaén ha querido comenzar saludando, especialmente, a D. Francisco Juan, Deán de la Catedral, albacea de D. Antonio y secretario personal de su etapa como Obispo de Ciudad Rodrigo; a la familia de Monseñor Ceballos y a José Antonio Barroso, quien en la última década ha ejercido como secretario personal del emérito fallecido: “Nos unimos, todo el presbiterio diocesano, a vuestro dolor por la separación de nuestro hermano. Él ha deja una huella grande, una estela de entrega y servicio de su vida totalmente dedicada al proyecto de Dios”. Del mismo modo, ha querido tener un recuerdo a las Hermanitas de los Pobres “y a toda la comunidad de la Residencia de las hermanitas, donde D. Antonio ha vivido sus últimos años, sabiendo acoger con fortaleza y entrega esta última etapa de su vida, disponiéndose y preparándose para el encuentro definitivo con su Señor, Jesús Resucitado, el amor de su vida, por quien la entregó al servicio de sus hermanos”.
En su predicación, Monseñor Chico Martínez ha definido a Don Antonio Ceballos como “un hombre auténticamente evangélico”, para después hacer un recorrido por su vida como sacerdote desde que fuera ordenado en junio de 1962.
Uno de los cálices que se han utilizado en la mesa de altar fue el que Don Antonio usó el día de su consagración episcopal, en 1988, y que antes de morir quiso donar a la Santa Iglesia Catedral de Jaén, en la que fue canónigo hasta su nombramiento episcopal.
El cuerpo después, fue trasladado hasta Cádiz donde se instaló la capilla ardiente en el Seminario y hoy viernes, 23 de septiembre a las 12 horas, en la Catedral, se celebrará la Misa de córpore insepulto, y donde será enterrado, tal y como era su deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario