La Catedral de Ceuta acogió la ceremonia de clausura del Año Jubilar Antoniano, coincidiendo con la festividad de San Antonio de Padua. Con la imagen del santo presidiendo el altar mayor, el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, ofició la Santa Misa, acompañado por el clero de la ciudad autónoma.
Por segundo año consecutivo, en esta celebración de San Antonio, a causa de la pandemia, no se pudo llevar a cabo la tradicional misa en la ermita ni la procesión. Aún así, la ceremonia contó con un buen número de fieles y la presencia de representantes de la cofradía, así como del presidente de Ceuta, Juan Vivas, entre otras autoridades.
Bajo la dirección musical del maestro Ángel Orta, el obispo diocesano recordó la vida del santo y su estrecha relación con la ciudad autónoma. Asimismo, hizo un repaso por los principales actos y cultos que la hermandad ha llevado a cabo durante todo este Año Jubilar.
Por otro lado, lo que sí pudo recuperarse en esta edición fue el tradicional reparto de panecillos. La Cofradía de San Antonio repartió 5.000 unidades del conocido como «pan de los pobres» con el que San Antonio dio ejemplo y ayudó a los más necesitados. Según la tradición, otorgan suerte a su poseedor y debe guardarse un año entero hasta la noche de San Juan, cuando se tiran al agua para alimentar a los peces.
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