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viernes, 26 de junio de 2020

De San Agustín a San Francisco. Por P. MANOLO MORALES

El próximo día 6 de julio le hacen a este “San Agustín” de Cádiz (403 de edad) una “operación” que podrá durar más de un año. Como nosotros, su familia, no tenemos acceso al “quirófano”, un buen amigo de San Agustín, San Francisco (¡la “comunión de los santos” funciona!) nos ha dicho: “Aquí tenéis vuestra casa”. Y allá que nos vamos, a la casa de San Francisco, hasta que dure la “operación”. “Llevados, eso sí, sobre alas de águila”, las de la Providencia divina. Como siempre. Que así son nuestros vuelos.
Un famoso cuadro del siglo XVI representa precisamente con alas a los siete primeros agustinos españoles que desembarcaron en América. El pintor seguramente quiso simbolizar así la altura de aquellos hombres. Porque, efectivamente, el prior general de la Orden, en sintonía con los deseos del emperador Carlos V y de su hijo Felipe II, había pedido a los superiores de España que los frailes destinados a misiones fueran “santos, sabios y desearan ir voluntariamente a América”. Casi nada.
Hoy, San Agustín de Cádiz, mientras se prepara a la “operación”, tal vez para distraer sus nervios, repasaba con nosotros algunas páginas del álbum de familia. Hacen bien:
Año 1617. Después del intento fallido de 1593, llega el despacho favorable del rey para fundar en Cádiz. Consejo pleno de la ciudad, 22 regidores: voto favorable. El sitio, la Plazuela de Pedro Vidal. Donde estamos hoy, San Agustín. Hasta el último tercio del siglo XIX los agustinos destinados a Filipinas embarcarán en este puerto. La Orden organiza aquí su Centro de Estudios Teológicos. Los jóvenes de 4º año destinados a Filipinas cursan aquí el primer semestre, y el resto, profesorado incluido, en el barco.
Año 1810. Es el único convento agustino que se mantiene abierto en Andalucía. Y Cádiz, la única población que conserva el Gobierno español en la guerra de la Independencia. (Las bombas, los “tirabuzones” de las gaditanas, y ¡La Pepa!). Napoleón ordena secularizar todos los conventos. San Agustín se organiza: desprendido de platas y objetos de valor, transforma todo en dinero para sostener al Gobierno y al ejército; saca de sus arcas 50.000 reales y los presta; aloja a oficiales, autoridades y soldados; no cierra ni de día ni de noche; los mayores rezan, cumplen sus obligaciones monacales; los maduritos van a obras del Servicio público; y los estudiantes… ¡a artillería!
Año 1835. Malos tiempos para San Agustín y para Cádiz. 38 agustinos, la mayoría jóvenes, dejan la ciudad. Dos imágenes preciosas, el Cristo de la Buena Muerte y el de Humildad y Paciencia, amor de los gaditanos de toda la vida, pasan a vivir escondidos en sendos domicilios familiares, para librarse de vandalismos y desmanes.
Año 1915. Vuelve felizmente San Agustín a Cádiz. Y se encuentra la casa repleta de muchachada. Se apunta también, faltaría más, a enseñar y educar. Le gusta, es lo suyo y lo sabe hacer. Así por más de noventa años.
Año 1965.  Parroquia de San Agustín, “nueva parroquia gaditana”, como titulaba el diario ABC el 2 de noviembre de ese año. El decreto del obispo era del 24 de septiembre. Hasta hoy. Una comunidad viva, abierta a la esperanza, unida a su obispo y a la Iglesia.
Oramos hoy juntos por la próxima “operación” de San Agustín. Y por los “galenos”.


P. MANOLO MORALES

4 comentarios:

  1. Una Historia deigna de ser conocida

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  2. Oramos los gaditanos, también por "los galenos". Seguimos abiertos a la Esperanza

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  3. Trabajando y teniendo fe en San Agustín se consigue todo Milagros

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  4. Eso son modelos a seguir! "Orat et laborat" en todo y para todo.. Y a seguir en los brazos de Nuestro Señor!

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