La primera mesa redonda de las XII Jornadas de Católicos y Vida Pública de Cádiz, titulada 'Todo lo puedo en Aquél que me conforta', se centró en tres realidades espirituales presentes en la provincia de Cádiz. En primer lugar habló María del Mar Manuz, responsable del Secretariado Diocesano de Personas Mayores, puesto en marcha hace apenas unos meses “para responder de manera concreta a la demanda de proponer la fe y transmitir el legado cristiano, sabiendo que los cristianos de más edad son valiosísimos portadores y mensajeros, pero que también requieren un cuidado”, dijo.
Manuz destacó que esta pastoral del mayor no se plantea “como una inercia de mantenimiento ni como un simple humanismo social, sino como un movimiento espiritual reparador, cuestionador y transformador”, y defendió “la riqueza de la Iglesia en su feligresía mayor”. La vejez es un “don”, y la tercera edad “tiene una misión que cumplir”, sea transmitiendo la fe desde su experiencia o desde la oración: “El papa Francisco dice que un anciano agotado en su cama puede ser como un monje, abrazando con su oración el mundo entero”.
A continuación, la vicepresidenta de Cursillos de Cristiandad en Cádiz, Teresa Olivera, explicó la espiritualidad de su movimiento, de carácter marcadamente kerigmático: “Nuestra misión es testimoniar, proclamar jubilosos el primer anuncio”, dijo. Los Cursillos de Cristiandad nacieron en 1949 en Mallorca, y de ahí se extendieron a todo el mundo, apoyados en tres patas: oración, formación y atención al hermano.
Concluyó la mesa Manuel García, representante del Movimiento de los Focolares, quien repasó la historia y carisma de este grupo eclesial, fundado en 1920 por la italiana Chiara Lubich, hoy en proceso de beatificación. "El carisma específico de los Focolares concretó es la unidad", en línea con las palabras de Jesús: "Padre, que todos sean uno".
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