El promotor de la restauración es la propia parroquia, que ha puesto en marcha una actuación muy necesaria ya que la portada del templo sufre desde hace años las afecciones propias de los edificios históricos en ámbitos urbanos: contaminación atmosférica, gases de los combustibles, o las acciones de las aves, entre otras.
La portada barroca de San Antonio de Padua es de piedra arenisca, empleada en muchos edificios monumentales. Presenta como principal patología la “arenización” de la piedra, que consiste en el desplazamiento de las sustancias cementantes de la roca, resultando ésta disgregada en forma de arena.
Si bien ya se ha realizado un diagnóstico previo, la intervención se iniciará con una revisión del exterior de los sillares y elementos decorativos, evaluando los daños existentes y retirando la pieza en mal estado o con peligro de desprendimiento. A continuación se llevará a cabo el proceso de restauración de la portada. Limpieza generalizada de la suciedad, aplicación de herbicidas, reposición de grietas y llagas con morteros, y reconstrucción de las zonas más afectadas, serán algunas de las muchas actuaciones que están previstas para que la fachada principal del templo vuelva a lucir después de las obras. Junto a lo anterior, y en colaboración con Alumbrado Público del Ayuntamiento de Cádiz, se plantea la eliminación del cableado que discurre sobre la portada, canalizándolo a través del suelo de la plaza.
Esta Iglesia tiene sus orígenes en una ermita que existía en el mismo lugar, entonces denominado Campo de la Jara. El edificio actual se inauguró en el año 1669 aunque ha sufrido diversas reformas en épocas posteriores. Las obras han sido confiadas a Canteros Artesanos Almenara, S.L. por un importe de 80.982,63 euros (sin IVA), contando con la participación del equipo de restauración gaditano de Pilar Morillo Pérez y Álvaro Domínguez Bernal.
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