El próximo 28 de julio se celebrará la IV Jornada Mundial de los Abuelos, fiesta establecida por el Papa Francisco desde hace cuatro años. En esta, se concede la indulgencia plenaria «a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles» que, «movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad», participen en los servicios que se celebrarán en todo el mundo el 28 de julio de 2024, afirma el decreto firmado por el cardenal Angelo De Donatis, Penitenciario mayor.
Esta indulgencia se extiende igualmente a los fieles «que dedicarán un tiempo adecuado a visitar a los hermanos mayores necesitados o en dificultad (como enfermos, gente sola, discapacitados…)», así como a sus cuidadores, y a todos aquellos que, «no pudiendo salir de casa por un motivo grave», se unan espiritualmente a los servicios de la jornada, «ofreciendo al Dios Misericordioso sus oraciones, dolores o sufrimientos de su vida, especialmente mientras se retransmitan las diversas celebraciones a través de los medios de comunicación», explica el documento.
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