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viernes, 12 de agosto de 2022

CINE: "MIS QUERIDÍSIMOS HIJOS"

 


-Qué ocurre cuando los padres quieren tener más relación con sus hijos y estos no entran en esa dinámica? Esto es lo que ocurre en una familia francesa, que podría ser cualquier otra o en otro país, y que la directora Alexandra Leclère nos muestra en Mis queridísimos hijos, su última película.

Josiane Balasko (Chantal Blanc) y Christian Blanc (Didier Bourdon) viven una jubilación tranquila. Pero desde que sus hijos Sandrine y Stéphane abandonaron el nido, no los ven demasiado. Las oportunidades de reunirse en familia son cada vez más escasas. Cuando sus hijos les anuncian que no vendrán a celebrar la Navidad, ya es demasiado para Chantal y Christian. Entonces deciden hacerles creer que les ha tocado la lotería.

Josiane y Christian están dispuestos a emprender esa vía y así tener a sus hijos más dispuestos para incrementar los encuentros familiares. Pero Chantal y Didier intentan estirar demasiado la cuerda de su supuesta “riqueza” bienvenida, que hacen comprender a sus hijos que viven en el desmadre más suigeneris (comprar coches, ir restaurantes caros, etc), cuando en realidad todo es un montaje de los padres, en clave de comedia disparatada.

La directora Alexandra Leclère dosifica con acierto momentos hilarantes con equívocos que plantean a sus hijos. Unos y otros pisan el acelerador hasta llegar a situaciones kafkianas.

Mis queridísimos hijos es un interesante experimento para padres apegados a sus hijos, a los que intentan “comprar” de diversas maneras, en ocasiones con falsas estratagemas. En ellas tanto los hijos como sus progenitores harán un camino de reconocimiento interfamiliar para unir a la familia, a veces, con planteamientos truculentos (hay un buen número de gags propuestos por la directora Alexandra Leclère).

Juan Orellana Departamento de Cine (Comisión Episcopal para las Comunicaciones sociales)

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