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viernes, 14 de febrero de 2020

HOY COMIENZA EL CONGRESO DE LAICOS. ENTREVISTA AL DELEGADO DE APOSTOLADO SEGLAR DE CÁDIZ Y CEUTA

Madrid acogerá, desde hoy y hasta el domingo 16 de febrero, el Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en Salida”. Nuestra diócesis estará allí presente con una representación, sobre todo laical. 
PARA SEGUIR EL CONGRESO EN DIRECTO AQUÍ

ROGAMOS a todas las parroquias de la diócesis para que se pida en las misas por el Congreso . 
Os proponemos que cada una de vuestras comunidades y ahí donde tengamos posibilidad solicitemos a nuestros párrocos, se pida al Espíritu Santo por el Congreso de laicos . 
Se ofrezcan Rosarios, en la adoración al Santísimo y en las horas Santas. Pidamos intensamente por el desarrollo y los frutos del Congreso de laicos.
Unidos al Corazón de Jesús y María

Hace meses que se viene trabajando en distintos grupos, asociaciones y parroquias. Todo ello de cara a este encuentro que pretende ser un punto de inflexión en la vida de la Iglesia española. Con este motivo, Francisco Pavón, Delegado de Apostolado Seglar de nuestra diócesis, ha concedido esta entrevista a la web de la diócesis, en la que comparte expectativas y experiencias previas al Congreso de los próximos días. 
¿Cual será la presencia de nuestra diócesis de Cádiz y Ceuta en este congreso?
R- La Diócesis de Cádiz y Ceuta estará representada en el Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en Salida” por 13 personas, de las que el 85% pertenece a la realidad laical de la Diócesis.
El pasado martes 28 de enero nos reunimos en los salones de la Iglesia de San José de Cádiz, para tratar varios temas relacionados con el Congreso. Como Delegado de Apostolado Seglar informé de los últimos detalles e indicaciones sobre el desplazamiento y materiales interesantes a leer.
Todos los que participamos lo hacemos con mucha ilusión y con la esperanza,  de encontrar nuevas líneas de participación del laicado en la vida de la Iglesia; igualmente, sentimos la responsabilidad de representar al resto de personas de la diócesis los que no pueden ir, y sabiendo que esto es un solo un paso más dentro del proceso que ha sido el Pre-Congreso con las reuniones por grupos de Comunidades, Movimientos, Asociaciones y personas de las parroquias no asociados y el post-Congreso que será lo que nos haga seguir avanzando como Pueblo de Dios.

GRUPO DE CÁDIZ Y CEUTA
¿Cómo se ha trabajado la fase de Pre Congreso?


R- El pistoletazo de salida lo dimos el 26 de mayo de 2019, cuando en Benalup, tuvimos un encuentro con D. Luis Manuel Romero director del Secretariado del CEAS (Comisión Episcopal de Apostolado Seglar), que nos sirvió para sentir y conocer los preparativos del Congreso de Laicos.
Ya en septiembre, retomamos el trabajo de la fase de PRECONGRESO. Los Movimientos, Asociaciones, Comunidades, Cáritas, Hermandades y Cofradías y laicos no asociados de las parroquias, nos planteamos realizar 3 reuniones (para antes de finales de Octubre) donde analizar el documento UN LAICADO EN ACCIÓN  mandándome a mí, como Delegado de AS, las reflexiones. En la primera quincena de noviembre, presidida por el Obispo diocesano, se realizó un Encuentro para aglutinar y elaborar las conclusiones sobre el cuestionario de reflexión que se enviaron a Madrid.
La celebración de estos encuentros previos a nivel diocesano “permitió recoger las reflexiones de los grupos y llevar a cabo una síntesis de aportaciones que sirvieron de referencia para la elaboración de un Instrumentum Laboris del Congreso.
¿Ha habido un avance en la organización y fortalecimiento del Apostolado seglar en estos meses?
R- Pues realmente creo que sí. A nivel de toda España, han trabajado 2.485 grupos, integrados por más de 37.000 personas reflexionando sobre el documento “Un laicado en acción. Vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas”. Los grupos han trabajado conjuntamente y han podido compartir ideas y propuestas en torno a la vocación y misión de los fieles laicos en el contexto de nuestra sociedad y nuestra Iglesia; como fruto de sus trabajos se he elaborado el documento Instrumentum Laboris (IL) que recoge todas sus aportaciones.
Hace pocas semanas conocíamos el Instrumentum laboris del Congreso con el que se inicia la segunda fase del proceso que se puso en marcha hace ya meses con el Pre–Congreso ¿Qué destacaría de este documento?

R- En este instrumento de trabajo se expone un resumen del análisis realizado en los diferentes grupos que han trabajado el documento-cuestionario preparatorio del Congreso.
El documento ofrece una serie de ideas-fuerza que están sirviendo para la preparación del Congreso de Laicos. Lo hemos leído ya las personas que vamos a participar en el Congreso del 14 al 16 de febrero. También, muchos de los grupos que no pueden acudir  a Madrid pero que ya trabajaron en el documento-cuestionario; ahora comprueban como muchas de sus ideas están recogidas en él y otras muchas aportadas por otros grupos. Ahora es momento de reflexión para todos, de las propuestas que se recogen en el Instrumentum Laboris y discernir cómo se pueden incorporar en sus propias comunidades los procesos que se plantean.
El Instrumentum Laboris del Congreso apunta luces y sombras en la vida de la Iglesia en todo su conjunto, en especial el debilitamiento del sentido de comunidad, el acomodamiento y la rutina y al mismo tiempo cierto miedo a los nuevos retos ¿Cómo afrontar, con realismo, este debilitamiento, personal y comunitario en una sociedad, en muchos sentidos adversa?
R- Efectivamente, es importantísimo el sentirnos comunidad, el tener una comunidad como referencia y como espacio para la vivencia de la fe y la celebración de los Sacramentos. En este sentido, puedo observar de manera muy positiva como el apostolado asociado  en Movimientos, Asociaciones, Comunidades… tiene un modo eficaz de vivir plenamente la fe y de experimentar la comunión eclesial, con esa gran riqueza de carismas que vemos en nuestra Iglesia. Creo que puede ser una forma de crecer en comunión, en un triple sentido: comunión de vida (lo que somos); comunión de bienes (lo que tenemos); comunión de acción (lo que hacemos).
Para salir del acomodamiento, la rutina o nuestra zona de confort, necesitamos tener una mayor conciencia de nuestra identidad laical, y, en concreto, de la vocación y misión a la que estamos llamados los fieles laicos. A todo ello, contribuye decididamente la llamada que el Papa Francisco está dirigiendo a todos los cristianos para que seamos auténtica Iglesia en Salida y el hecho de que estamos asumiendo que formamos una minoría que vive en un contexto social de increencia e indiferencia, lo que nos exige salir de nosotros mismos y de nuestras comodidades para acudir como miembros de la Iglesia a quienes precisan de nosotros.
Para afrontar los nuevos retos, creo que sería conveniente una mayor coordinación entre Parroquias de un mismo territorio y una mejor integración de los Movimientos, Asociaciones y Comunidades en la realidad parroquial.
Otro de los puntos clave es la necesidad de una formación más plena, auténtica y propia de la vocación laical¿los laicos son plenamente conscientes de su vocación?¿Como llevar a cabo esta formación en nuestras comunidades?
R- Hay que reconocer que el tema de la formación posee mucha importancia en todos los órdenes de la vida social. La formación tiene como objetivo la integración de perspectivas, permite captar el entretejido de los problemas y sabe unificar las diferentes dimensiones de la persona. En la Iglesia también ha entrado de lleno el discurso de la formación. En concreto, se habla de la formación vocacional, motivacional y misionera. Por eso no es extraño que hablemos de una formación del corazón a lo largo de la vida.
Los procesos de formación han de integrar formación y acción; dicho sencillamente: el compromiso transformador de la realidad ha de estar incorporado a ellos. La potenciación del apostolado asociado es vía eficaz para impulsarlos. Finalmente, el mensaje ha de ser coherente con nuestra vida y fiel reflejo del Evangelio.
La Iglesia sinodal propone formarse juntos, formarse desde la propia vocación, formarse para la misión. Una concreción de este espíritu la encontramos en la necesidad de implementar programas de formación conjunta entre laicos de diferentes Asociaciones, Movimientos y Comunidades, con el fin de potenciar una Iglesia misionera en Salida.
Entre las luces, se destacan el compromiso de muchos católicos en nuestra sociedad en ámbitos muy diferentes, especialmente en el cuidado de los más vulnerables, muchas veces separamos nuestra vida habitual de esta misión o vocación laical ¿realmente no terminamos de asumir el papel al que estamos llamados dentro de la Iglesia?
R- Creo que es muy cierto lo que dices, que se aprecia cada día una mayor conciencia de la identidad laical que pone en valor la centralidad de la misión entre quienes más sufren, transformando paulatinamente nuestras comunidades en espacios de acogida y de encuentro de muchas personas más vulnerables, que se sienten descartadas. En este sentido hay que reconocer la labor encomiable que realizan instituciones eclesiales señeras en la atención a los más necesitados –significativamente, Caritas y Manos Unidas–. Estas instituciones eclesiales ofrecen una imagen más positiva de la Iglesia (que, como sabemos, muchas veces tiene dificultades para dejar ver su rostro más hermoso) y ayudan a aumentar la credibilidad de nuestra fe frente a quienes se muestran indiferentes ante ella.
Observo también que hemos crecido en corresponsabilidad entre sacerdotes y laicos a la hora de abrazar nuestra tarea evangelizadora conjuntamente y desde nuestros roles complementarios, y vemos con esperanza la creciente asunción por los laicos de compromisos y tareas en la Iglesia.
¿Qué espera de los días de Congreso?
R- En ese momento puntual, de encuentro, de relaciones próximas, de conocer a nuevas personas que viven y sienten como tú. Reconozco que tenemos suerte los que vamos a  vivirlo en directo, somos los “enviados” por nuestras diócesis, congregaciones, comunidades, asociaciones o movimientos, con la misión especial de ser cauce entre ellas y este importante acontecimiento de la Iglesia española; llevando a los momentos de reflexión que habrá en el Congreso las sensibilidades, preocupaciones y esperanzas de nuestras comunidades de procedencia y trasladando después a éstas lo vivido en el mismo. En resumen, es un momento de esperanza e ilusión.

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