"Conviértete y cree en el Evangelio". Es la propuesta del miércoles de ceniza. Es la señal de partida de un camino que tiene una meta.
La propuesta de conversión no es mirar al pasado, ni llenarnos de culpa, ni cargar las tintas de la revisión de vida en lo vivido, en las cargas que llenan 'la mochila de nuestra vida'. Conversión es cambio y novedad, es oportunidad y posibilidad de algo nuevo, es seguir dejándole sitio, es buscar y desear el encuentro con Dios.
Conversión es aceptar cada día su propuesta y hacerla realidad, es el gozo de poder dejarle sitio al Señor que nos quiere, es saber que es posible ser hombres nuevos.
Conversión es dejarle sitio ayunando para que Él ocupe el hueco que dejan tantas cosas que no nos dejan ser nosotros mismos y vivirlo con el gozo del encuentro.
Conversión es ponernos delante de Él y abrir nuestro corazón en una oración íntima y transformadora.
Conversión es poner al hermano a nuestro lado, ponerle en el centro para darle la vida, no lo que sobra, sino lo que somos. Y todo esto 'perfumados' con el olor de los grandes acontecimientos, de los momentos que queremos recordar.
Queremos cambiar, queremos hacer de la conversión nuestro proyecto durante la Cuaresma y siempre... y estamos alegres. Buenos días.
¡Buena Cuaresma a todos!
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