Ya casi no nos acordamos de la pandemia, pero una de las novedades que parece que vino para quedarse es el auge de lo digital y las nuevas tecnologías. Actividades rutinarias como reuniones de amigos o el mismo empleo se llevan a cabo muchas veces desde casa y la presencia y actividad en redes sociales crece sin freno. Según portales especializados, en febrero de 2020 el uso de las redes aumentó en un 27% respecto al año anterior y un año después, en enero de 2021 lo hizo hasta un 53% con fines comunicativos.
¿Afecta esto a la evangelización? ¿Siguen siendo vigentes los modelos de apostolado tradicionales? ¿Podría permitir transmitir el Evangelio a los alejados de la fe más fácilmente? ¿A qué precio? ¿Debe adaptarse la Iglesia a estos cambios siguiendo la máxima de renovarse o morir?
A todas estas preguntas ha dado respuesta el exitoso emprendedor y evangelizador digital Mauricio Artieda, fundador y director de la plataforma Catholic Link, desde el canal de Formar Apóstoles. Con ellos comparte la misión evangelizadora digital en la órbita hispana y norteamericana y observa que un aspecto fundamental para la evangelización en nuestros días como es el uso de las nuevas tecnologías podría reportar un alcance mayor no solo en los católicos, sino también en los alejados de la fe.
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