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lunes, 5 de diciembre de 2022

MANIFIESTO DEL XXIV CONGRESO CATÓLICOS Y VIDA PÚBLICA


“PROPONEMOS LA FE: TRANSMITIMOS UN LEGADO”

Como dice el P. Ayala “Las ideas no son solo una luz, sino una fuerza. No solo orientan la vida, sino la mueven”. Partimos de unas premisas básicas o ideas-fuerza que pueden dar unidad de acción a nuestra existencia.

1.- “NUESTRA MISIÓN COMIENZA AQUÍ Y AHORA

 Hemos vivido el XXIV CCVP como un laboratorio de ideas, debatiendo propuestas potentes en diferentes talleres, perfilando los principios inspiradores del Bien y la Belleza. Todos, con un mismo hilo conductor: la búsqueda de la Verdad. Hemos tomado conciencia con responsabilidad, firmeza y humildad que transmitir este legado, como dice el Papa Francisco, no debe ser impuesto, sino edificado en la familia, construido sobre un amor que desborda los límites del hogar, siendo la dignidad humana uno de los pilares fundamentales. Pero ¿Qué legado transmitimos? Una pregunta a la que hay que responder desde la coherencia y desde nuestra pertenencia a lglesia. La fe es una experiencia que debemos transmitir a nuestros hijos como una muestra de liberación en el encuentro con Cristo. El cristiano es una persona conquistada por el Amor de Cristo, y movido por ese amor, abierto al prójimo, pues es el Amor una consecuencia que se desprende de la fe” nos dice el Papa Francisco. Por ello, la fe es amiga de la razón y de la libertad, y mueve la inteligencia, la voluntad y el afecto. Educamos siempre, nada es neutro en nuestros actos. Educamos en libertad, sabiendo que el bien que transmitimos puede no aceptarlo el hijo, pero la libertad es condición para transmitir el legado y que sea acogido en verdad. Somos padres por filiación, no por cualificación, por lo tanto, los hijos no son una posesión nuestra. La crisis de la Iglesia no es de los jóvenes, la crisis es de adultos; se requiere un cambio en nuestra forma de vivir y transmitir con alegría y ante la fatiga y los pesares, que los hay, nada más opuesto al esperar cristiano que la hibernación de espíritu. La Esperanza no se aguarda, sino que se vive en actitudes para edificar el bien común con fidelidad creativa, conscientes de la grandeza que hemos recibido. Que María, nuestra Madre, maestra de la acogida al Misterio y escuela en la

Sagrada Familia de Nazaret, nos enseñe las cuatro virtudes de la fidelidad: la búsqueda, la aceptación, la coherencia y la constancia en el Amor.

2.- EL PUNTO DE PARTIDA ES LA FE: UN DON Y UNA TAREA, que se transmite narrando nuestra propia experiencia de Dios con pasión e ilusión. Una tarea, donde nos lo jugamos todo en la educación de lo humano. No podemos fallar en el diagnóstico. En un mundo perdido en el relativismo moral, la Escuela Católica debe enseñar que la Verdad existe. El objetivo de un centro católico, decía San Juan Pablo II, es transmitir a Cristo. No basta la “educación en valores”, es necesaria la educación moral y en virtudes. A modo de ejemplo, no basta con apreciar el valor de la justicia, hay que enseñar a los alumnos a que sean justos, abriendo un espacio para la humildad, el perdón, la justicia social, el compromiso, la libertad de espíritu.  Es decir, proponer el desarrollo humano integral desde la Doctrina Social de la Iglesia, brújula que forme conciencias y ayude a vivir según el Evangelio y la propia dignidad de su naturaleza humana. La escuela católica debe hacer frente a la concepción antropológica y la transmisión de la Verdad, siendo un canal natural que transporte “agua fresca” en su doctrina teológica y moral, la verdad de todas las ciencias vinculadas a la biología, a la filosofía y a la Historia de la Salvación. Defender nuestra cultura y nuestra Historia, pero no como arma arrojadiza. Alertamos de nuevas tendencias educativas, como la renuncia a la memorización como método de aprendizaje obsoleto, despreciando así nuestro bagaje mental para razonar y argumentar. ¡Necesitamos más ingenieros filósofos!

3-REDESCUBRIR LO ESENCIAL. ¿QUIEN ES LA FUENTE DEL AMOR?

Dice San Pablo (Col.1.15) Cristo es la imagen visible del Dios invisible. La fe se hace cultura cuando informa y alienta una verdadera humanización y promociona la profunda dignidad del ser humano. Porque transmitir cultura no es un acopio de datos inconexos, sino que se fundamenta en un eje vertebral que los une: la riqueza de la cultura e identidad cristiana. Fe y Cultura han caminado juntas, ambas nos ayudan a cultivar las ciencias, literatura, las artes y nos descubren la Belleza de la sabiduría de Dios. Si destruimos la unión entre Fe y Cultura el hombre se deshumaniza. El laicismo, relativismo o las ideologías totalitarias empobrecen la cultura, la desarticulan o cancelan, hasta hacerla desaparecer. La Iglesia ha sido la gran catalizadora de la cultura europea. Todo lo que aportó el cristianismo fue

fuente de humanismo que fecundó con eficacia la historia, configurada a partir del legado aportado por Grecia, Roma, los pueblos germánicos y fue el aliento vital del cristianismo, lo que terminó dándoles un carácter de unidad respetuosa. En un mundo sin sentido no aceptamos la ruptura con el pasado cristiano, y el anhelo por la búsqueda de lo trascendente -la búsqueda de Dios-. Es tiempo hoy de confiar más que nunca, en retornar a las fuentes del pensamiento clásico y cristiano, retos del presente para caminar con esperanza al mañana.

4- ARTE, BELLEZA Y TRASCENDENCIA

Tras reconocer las dificultades de la transmisión del legado artístico tradicional en el mundo moderno, el punto de inflexión lo encontramos en los ensayos artísticos de finales del S.XIX y principios del S.XX, con la aparición de las primeras vanguardias en una espiral de autodestrucción y angustia existencial. La búsqueda desesperada de lo nuevo y la experimentación perpetua. La obra de arte moderno parece ser solo comprensible al crítico, galerista o marchante. El destinatario de su obra ya no será el hombre sino el mercado, negando así la Belleza, atributo de Dios, de quien reniega, considerándose a sí mismo autor último y completo de su obra. Si con imágenes el pueblo comenzó a orar, como momento de gracia y estímulo para contemplar a Dios, el Arte, no es ajeno a la búsqueda de la Verdad, creando un lazo inseparable entra Verdad, Bondad y Belleza. No podemos despojar de sentido la transmisión cultural. Evangelizar con el Arte, es a través de los ojos, llegar al alma. Nos recuerda el Papa Francisco: “La Belleza cristiana es portadora de una Verdad más grande que el corazón del hombre, una Verdad que supera el lenguaje humano”. Benedicto XVI dijo: “El arte es signo visible del Dios invisible”. Significa que detrás de cada obra de arte hay un por qué y para qué. San Juan Pablo II escribió una carta a los artistas: “El arte tiene una función social, es dar un alma al mundo”

5-ECONOMÍA CRISTIANA Y BIEN COMÚN

“La riqueza que el Espíritu Santo despliega en la fe de los sencillos nos invita a reflexionar en el misterio de la fragilidad humana. La cultura de la misericordia, una palabra que cambia el mundo, un poco de misericordia hace el mundo más justo y menos frio.” Evangelii Gaudium. La economía cristiana promueve el bien común y dignifica a la persona. La Doctrina Social

de la Iglesia desvela una concepción antropológica que permite introducir un sentido cristiano en la comprensión de la economía y sus propósitos. Es importante la responsabilidad personal; la libre iniciativa no solo favorece la creatividad, sino que es indispensable para que pueda existir una acción virtuosa en el ámbito de lo económico. La organización de la producción es un elemento importante en la economía cristiana y la búsqueda del bien común, entendiendo la empresa como una comunidad de personas que refleje el espíritu cristiano, por dentro y por fuera. Acogedora, humana y compasiva, pero con un nivel de exigencia. La gestión de los recursos humanos con propósito humanizante. El beneficio y el salario adquiere un nuevo sentido bajo la luz de Cristo y es fundamento para el progreso social.

6-TRADICIÓN JURÍDICA CRISTIANA

La fértil unión de la religión cristiana, de sus preceptos evangélicos y el derecho de cuño romano y lengua latina, a lo largo de un proceso histórico secular de asimilación por parte de la Iglesia católica y los Estados modernos, ha configurado el sistema jurídico actual que urge hoy preservar, integrando en mayor medida el derecho natural, dando pleno sentido al derecho positivo y situando a la persona como fundamental razón de ser del derecho. Es preciso rescatar el sentido de la dignidad y el valor de la vida humana reconociendo al ser humano su condición de persona.

El derecho como dimensión histórica no puede ser tratado como un fenómeno social, ni tampoco como una técnica de dominio de la sociedad. El saber jurídico histórico constituye una riqueza imprescindible para poder afrontar con cierta seguridad los cambios futuros de la sociedad actual. Solo personas bien preparadas desde el punto de vista jurídico, histórico, filosófico, antropológico y teológico podrán, junto con los conocimientos de derecho, de economía y otras necesarias ciencias, abordar con éxito los retos que plantea el mundo presente.

La legítima preocupación por la preservación del mundo, entendido como la Casa en la que todos los habitantes de la tierra vivimos, dejada por Dios al hombre para procurar la satisfacción de sus necesidades vitales, debe ser capaz de poner límite a la avidez de los intereses mercantiles de empresas o Estados, frecuentemente procedentes del mundo rico, que aspiran a la

explotación del medio ambiente y sus recursos movidos por intereses egoístas.

7. LA FÉRTIL RELACIÓN ENTRE CIENCIA Y CRISTIANISMO

El conflicto entre ciencia y fe se basa en la asunción de que solo existe una manera de acceder al conocimiento. Ahora que la ciencia ha alcanzado una inmensa madurez, se dice, solo lo que es asequible a ella es conocimiento real y fiable. Sin embargo, no podemos aceptar esta idea que no deja de ser una versión del reduccionismo materialista.

Existe una compatibilidad fundamental entre ciencia y fe, ya que ambas formas de conocimiento tratan de realidades creadas por un mismo Dios, que no puede contradecirse. Cuando parece surgir un conflicto entre ciencia y religión, invariablemente una esfera de conocimiento está invadiendo el dominio de la otra. Ciencia y fe tienen ámbitos de conocimiento distinto y responden a preguntas distintas.

Ciencia y fe se benefician mutuamente de un diálogo fértil que ha sido hurtado y despreciado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia reciente. Como en cualquier diálogo y discusión fecunda, surgen roces, discrepancias y algún que otro conflicto humano. Pero eso no niega la idea central de que no se ha llegado ni se llegará a una situación de incompatibilidad.

8. COMO LEVADURA BRILLE NUESTRO TESTIMONIO

“Si somos hombres de acción seremos optimistas y generosos, porque Dios no bendice los lamentos, sino los sacrificios y los trabajos” P. Ángel Ayala.

Este parece un momento en que la Historia bascula y se define, entramos en la era del desconcierto, desconfianza generalizada que lo empapa casi todo, horas difíciles de guerras, pandemias, de ideologías que disuelven al hombre. Nos llamas Tu Señor, en este tiempo de prueba para restablecer el rumbo de la vida, te pedimos que la fuerza operante del Espíritu Santo derrame en valientes y generosas entregas, sostenidos por personas comunes. Con gestos pequeños y cotidianos hemos aprendido a transitar esta crisis, levantando nuestras miradas con la oración y el servicio silencioso. ¡Son nuestras armas vencedoras!

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