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domingo, 2 de enero de 2022

55 JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 1 DE ENERO DE 2022

 


Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera 

Carta semanal de Monseñor Jesús Fernández, obispo de Astorga: "55 Jornada Mundial de la Paz"

55 JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

Al comienzo del Año nuevo, se suscitan en nuestro interior los mejores deseos para el tiempo que estrenamos: que traiga salud, trabajo, dinero, amor… que regale paz. Eso le pedimos al Niño recién nacido. La paz es un gran don que, en definitiva, todos soñamos. Por desgracia, sin embargo, nos encontramos ante un valor muy frágil y fugaz que se rompe en nuestro interior cuando estamos en guerra con nosotros mismos por no haber conseguido las metas propuestas, por haber defraudado las expectativas de Dios y de los demás, por acumular odio contra alguien… Se rompe también en las relaciones económicas y sociales. Esto es bastante frecuente por hallarnos en una sociedad donde abundan las personas egocéntricas, desvinculadas, extremadamente proclives a la reivindicación y al enfrentamiento, en un mundo de estructuras sociales y económicas injustas. Y, sobre todo, se rompe en los enfrentamientos a gran escala a través de los conflictos armados y las guerras.

Como decía el Papa Emérito Benedicto XVI, el mundo sufre demasiada violencia e injusticia y esta situación sólo se puede superar con un plus de amor y de bondad. Jesús está tan convencido del amor de Dios y de su poder “que no tiene miedo de afrontar el mal únicamente con las armas del amor y de la verdad. El amor a los enemigos constituye el núcleo de la “revolución cristiana”.

En nuestro mundo se necesitan personas que se involucren en amasar la paz con sus actitudes y comportamientos personales. Se necesitan verdaderos artesanos de la paz como aquel ermitaño que, como nos cuenta una vieja historieta, cuando su compañero decidió separase de él después de haber convivido durante muchos años y le propuso la separación de bienes, le dijo que se llevara el plato de barro, la única propiedad compartida. Cuando se negó, aceptó la propuesta de partirlo a la mitad. Aun así, no pudo evitar el enfado del ermitaño fugitivo por haberse negado a pelear. Moraleja: dos personas no riñen si una no quiere. Necesitamos también instituciones que se esfuercen en crear estructuras pacíficas y pacificadoras, se necesitan arquitectos de la paz.

El día 1 de enero, la Iglesia celebra la 55 Jornada Mundial de la Paz. En su Mensaje para este día, el Papa Francisco nos propone tres caminos para construir una paz verdadera: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo. En primer lugar, el Papa aboga por el diálogo, sin el que son inviables los grandes proyectos sociales y los procesos de construcción de la paz. Dialogar significa “escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos”. Es importante que este diálogo se dé entre distintas generaciones, ya que “los jóvenes necesitan la experiencia existencial, sapiencial y espiritual de los mayores” y, “los mayores necesitan el apoyo, el afecto, la creatividad y el dinamismo de los jóvenes”.

1. «¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del mensajero que proclama la paz!» (Is 52,7). Las palabras del profeta Isaías expresan el consuelo, el suspiro de alivio de un pueblo exiliado, agotado por la violencia y los abusos, expuesto a la indignidad y la muerte. El profeta Baruc se preguntaba al respecto: «¿Por qué, Israel, estás en una tierra de enemigos y envejeciste en un país extranjero? ¿Por qué te manchaste con cadáveres y te cuentas entre los que bajan a la fosa?» (3,10-11). Para este pueblo, la llegada del mensajero de la paz significaba la esperanza de un renacimiento de los escombros de la historia, el comienzo de un futuro prometedor.

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