Translate

jueves, 26 de septiembre de 2019

CARTA PASTORAL DEL SR OBISPO PARA EL CURSO 19-20 "Nuevo Curso: ardor, frescura y celo pastoral"


Querido amigo:
 
   

Pasaron las vacaciones y vuelve la vida normal, el cada día con nuevos retos y nuevas esperanzas. Comenzamos, pues, un nuevo curso, que tiene que ser necesariamente distinto de los demás. Me alegro mucho de volver a veros de nuevo.
 
Ya nos hemos reunido los arciprestes en una cordial y fructífera convivencia de planificación del curso y para unir criterios. También los formadores del seminario y, en otro momento, los seminaristas, que ya han comenzado sus clases.
 
Este curso 2019-2020 se nos presenta con la inmediata novedad del Mes Misionero Extraordinario, que ha sido introducido por el Arzobispo de Pamplona, D. Francisco Pérez, presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal Española. Su intervención con los laicos y religiosos en el Colegio de las Esclavas y su encuentro con los Sacerdotes en Benalup fue muy apreciada por todos.
 
En los primeros días del mes de octubre –los días 3 en Cádiz y 4 en Algeciras— recibiremos en nuestra diócesis las reliquias de Santa Bernardita Soubirous que están en peregrinación por las diócesis españolas con motivo del 175 año de su nacimiento.  La veneración de las reliquias de santa Bernardita va destinada particularmente a aquellos que no pueden desplazarse al Santuario de Lourdes por motivos materiales, de salud o avanzada edad. Por esta razón se envían las reliquias allí donde se encuentran los pobres, enfermos, en los hospitales o en casas de mayores. Nos ayudará a recordar los mensajes de la Virgen en Lourdes y abrirnos a la gracia de su presencia.
 
Tenemos entre manos la preparación y participación en el Congreso de los Laicos, la renovación de nuestro plan de pastoral, la incorporación de las indicaciones del la Exhortación del Papa Francisco sobre los Jóvenes –Christus vivit— y un calendario nutrido de eventos donde desarrollar nuestra atención a los pobres, las familias, los niños y los jóvenes, y todas las iniciativas de nueva evangelización que seguimos desarrollando en nuestra pastoral.
 
Iniciemos, pues, este nuevo curso que viene lleno de ilusión y con una nueva frescura de celo pastoral renovado por parte de todos, puesto que su fruto depende fundamentalmente del Señor, pero también de nuestro entusiasmo como discípulos que siguen a Jesús, de nuestra esperanza y del trabajo que pongamos todos y cada uno de los que componemos la comunidad eclesial. Hace falta que estemos bien, que vivamos en paz con nuestra conciencia, gozosos de ser amigos del Señor y compartiendo como hermanos la alabanza de Dios, la alegría de creer, el amor a la Iglesia, confortados en nuestras fatigas por la oración y el soporte de la caridad, solícitos y generosos para con los necesitados, prestos a auxiliar a los excluidos de la sociedad.
 
Quiero hacer, pues, una llamada muy especial a todos a comenzar este curso pastoral con ilusión y esperanza renovadas, dejando a un lado los cansancios personales, las dudas sobre el futuro de la sociedad, temores de cualquier índole, para sentirnos gozosos cada uno de ser lo que somos y de la misión que tenemos encomendada por Dios, porque es a esta sociedad actual a la que se nos encarga llevar el mensaje salvador de Jesús, para llamarla a la conversión y que, convirtiéndose, vivan y se salven. Dios puede salvar el mundo de muchas formas, es cierto, pero ha querido que seamos nosotros los que ofrezcamos su salvación. Este encargo nos viene del mismo Jesús y el contexto actual nos reclama hacerlo realidad sin demora. La Iglesia sabe que esto forma parte de su misión, puesto que si existe es para evangelizar, por lo que trata de anunciar a Jesucristo y su Evangelio aquí, a todas aquellas personas que no lo conocen o viven como si no lo conocieran. Todos somos llamados a esta «salida» misionera. 
 
El momento actual es el más importante pastoralmente para nosotros porque es el que tenemos en nuestras manos. No podemos vivir de ensoñaciones nostálgicas del pasado; y tampoco sabemos cómo será el futuro, aunque en parte dependerá de nosotros, por lo que se nos pide aprovechar este momento actual que nos ha tocado vivir, que para nosotros es el mejor, porque es el único, siempre un tiempo de gracia, una oportunidad de gracia mayor.
 
Sintámonos todos llamados e invitados por el Señor para empeñarnos en el cumplimiento de la misión de la Iglesia entera. Pongamos lo mejor de nosotros mismos con todo el celo, el ardor pastoral, con un corazón lleno de ilusión y esperanza, de tal manera que produzca los frutos pastorales que tales eventos significan y deben suponer, en el cumplimiento de nuestra tarea y seguro que el mundo será evangelizado, sociedad conocerá a Cristo y lo conocerá y seguirá.
 
Os envío a continuación mi Carta Pastoral para el inicio de este curso que he presentado ya a los sacerdotes. Os ayudará a reflexionar e iluminar los retos presentes a la luz de la fe; también a colaborar e implicaros en la medida de vuestras fuerzas en las distintas propuestas.  
 
Os invito, finalmente, a las ordenaciones del próximo sábado día 28, en la catedral de Cádiz a las 11h. Pedid por estos dos nuevos sacerdotes y cuatro diáconos que inician este precioso servicio entregando su vida a Dios en la Iglesia y para el mundo.
 
Un cordial saludo. Seguimos unidos en la oración y nos veremos muy pronto.


DESCARGA DE LA CARTA PASTORAL EN PDF
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario