Renovar la democracia es la reflexión elaborada por este movimiento de trabajadores cristianos para ayudar a profundizar en las implicaciones y las responsabilidades de nuestro voto. Para las elecciones europeas, se adhiere a la Declaración del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE).
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) invita a reflexionar sobre el derecho y el deber que tenemos «de votar con libertad para promover el bien común» (Gaudium et spes, 75) y a ejercer la política como «vocación de servicio, diaconía laical que promueve la amistad social para la generación de bien común» (Papa Francisco, marzo 2019).
Justo en un momento delicado de la vida social, marcado por la desigualdad generada por los «sacrificios impuestos», «el auge de mesianismos racistas y ultranacionalistas» en toda Europa, las nuevas forma de exclusión que deterioran la vida de inmigrantes o de las personas mayores, pero también por una demanda abrumadora de compromisos para avanzar en la igualdad de las mujeres y por la creciente concienciación ante los problemas medioambientales.
Las candidaturas que concurran a las elecciones deben garantizar las oportunidades para la participación política y respetar las normas de las sociedad, sus instituciones y sus derechos civiles, para reforzar la legitimidad de las medidas adoptadas por los líderes políticos y generar el apoyo necesario para ser eficaces.
Los temas sin agenda
Sin la pretensión de abordar una extensa relación de temas sin agenda, la reflexión fija la atención en lo alejado «que están de las maquinarias electorales» aquellos que afectan a la vida de las trabajadoras y los trabajadores, en especial los más vulnerables, que deberían ser el objetivo principal de una acción política a la altura de la dignidad humana, como son: la pobreza y exclusión, el empleo insuficiente y precario; la insostenible deuda pública y privada, la orientación económica hacia el crecimiento que no resuelve la desigualdad entre sectores de la población, ni entre comunidades autónomas, ni atiende las necesidades de las personas; la débil solidaridad y cooperación internacional al tiempo que aumenta el gasto militar; y el fracaso de las políticas contra el calentamiento global basadas en la mercantilización del entorno.
El papel de los medios de
Los medios de comunicación social, convertidos en actores principales de la vida pública, tienen la responsabilidad de transmitir la información adecuada para que las personas sean cada vez más conscientes de «la dignidad de su humanidad, más responsables, más abiertas a los demás, particularmente a los más necesitados y a los más débiles» (Redemptor hominis, 15). Sin embargo, a menudo promueven una visión de las campañas electorales como «una competencia descarnada por el poder, sin mayor vocación de servicio», sustituyendo el debate de ideas y propuestas por el espectáculo y el escándalo. Es deseable acabar con la práctica de «insulto, la falacia y la crítica indiscriminada a la clase política», para no contribuir «al envilecimiento de la vida social y al deterioro de la conciencia cívica». Lo que depende también del papel de cada persona y colectivo en las redes sociales y de los medios elegidos para informarnos.
Renovar nuestra cultura política
Este periodo es «una oportunidad extraordinaria para promover otra política», a través de «un mayor grado de participación y compromiso personal» que va más allá del voto. Incorporando la dimensión política a nuestras vidas podemos exigir que «se atienda a las verdaderas necesidades del pueblo, buscando el bien común y priorizando a los más empobrecidos, y que los programas reflejen la acción de gobierno que efectivamente se quiere llevar a cabo».
Superar el pensamiento único
La HOAC apuesta por «una mayor democratización de las estructuras de poder» y «la transformación social en función del bien común». Para ello, apoya las propuestas que van en línea de favorecer y reforzar «la presencia de los agentes sociales, para fomentar el asociacionismo y promover una ciudadanía activa», de tal forma que la solidaridad sea el estilo y el medio para la realización de una política que quiera mirar al verdadero desarrollo humano «por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos». (Christifideles laici, 42).
Finalmente, la Hermandad Obrera de Acción Católica invita a los trabajadores cristianos a hacer suya esta reflexión, ampliada con la Declaración del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, y a compartirla en sus lugares de trabajo, en los ambientes en los que se relacionan y en las organizaciones de la sociedad civil en las que participan, junto con la lectura crítica de los programa electorales, pues «permite hacerse una idea bastante aproximada del alcance de las reformas que se plantean unos y otros, de las prioridades y de cómo se concibe la asignación de los recursos. Incluso las ausencias, los silencios programáticos, permiten discernir mejor entre las opciones que se presentan aparentemente diferenciadas por cuestiones poco relevantes».
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