La S.A.I. Catedral ha acogido esta Semana Santa la celebración de los principales misterios de la salvación: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Una semana que pasa del silencio y la sobriedad de los días de la pasión y muerte, a la explosión de la alegría por la Resurrección. Una semana en la que el cristiano celebra lo que es ser cristiano: el encuentro con Jesucristo y el haber experimentado el paso de la muerte a la vida, de la tristeza a la alegría.
En la noche del sábado, culminaba el Triduo Pascual con la Vigilia donde se celebró la Resurrección. La celebración presidida por Mons. Rafael Zornoza, comenzó con el lucernario a las 23 horas, la Iglesia espera la Resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la Iniciación Cristiana bautizando en esta ocasión, a ocho catecúmenos adultos.
La bendición del fuego nuevo es un rito que se hace cada noche santa para dar luz a las tinieblas de esa noche. El cirio pascual es encendido con ese fuego y tras el acto, se encienden todas las velas repartidas a los fieles para dar luz al templo y comenzar así el canto del Pregón Pascual. Tras las siete lecturas del Evangelio, y la homilía del obispo diocesano, se celebró el bautismo de los catecúmenos.
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