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lunes, 20 de enero de 2020

BUEN CINE CON MENSAJE "1917" el obispo Barron extrae una importante lección espiritual de la película de Sam Mendes


En España se ha estrenado como la película más taquillera del fin de semana pasado, y en la lista de candidatos al Oscar de este año figura con diez nominaciones, entre ellos los de mejor película y mejor director. Gracias en buena medida a su prodigioso plano secuencia único, Sam Mendes ha logrado casi la unanimidad de la crítica y del público con 1917, un abrumador ventanal a los horrores de la Primera Guerra Mundial. Por su parte, en su blog Word on Fire, el obispo auxiliar de Los Ángeles, Robert Barron, extrae de ella indirectamente una interesante enseñanza espiritual y cultural:
1917: recordar quiénes somos
Vi la película 1917 en vísperas de la festividad del Bautismo del Señor, y creo que hay una relación entre el film y dicha celebración litúrgica. Me explico.
En primer lugar, como destaca todo el que la ha visto, el montaje y la fotografía de 1917 son tan asombrosos, que parece transcurrir completamente en tiempo real, como resultado un plano secuencia. Pensad en la famosa escena de Uno de los nuestros [Godfellas] de Scorsese en la que Ray Liotta y su pareja entran en el night club… pero ahora prolongada durante dos horas. Lo que esto produce en el espectador es una sensación casi sin precedentes de estar allí, experimentando los acontecimientos junto con los protagonistas de la película.

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