La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) reclama condiciones laborales dignas para las personas jóvenes y un compromiso real con su presente y su futuro. La iniciativa se une al sentir y a las muestras de condolencias por el fallecimiento del papa Francisco, una voz que alentó la esperanza y la dignidad del trabajo
El texto de su declaración pone el foco en una realidad creciente, en la que “empiezan a trabajar más tarde de lo que era normal, debido a las exigencias del mercado laboral, que demanda hiperformación y experiencia previa”. A ello se suman “los prejuicios sociales que les encasillan como una generación inconstante, poco comprometida o irresponsable, sin pensar en todos los problemas a los que se enfrentan”, denuncian.
Citando datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, la iniciativa alerta de que “una persona joven tendría que destinar el 102,3% de su salario para poder alquilar una vivienda en solitario”, lo que evidencia el deterioro de las condiciones de vida y el acceso a derechos básicos como la vivienda.
En este sentido, ITD denuncia también las consecuencias emocionales y psicológicas de esta situación, con cada vez más personas jóvenes con enormes dificultades de “imaginarse un futuro digno” ante “un modelo en el que la precariedad se convierte en lo normativo”. En este contexto, el acceso a un trabajo decente parece, según el manifiesto, “un privilegio difícil de alcanzar”.
Frente a este panorama, el documento recuerda las palabras del papa Francisco en la encíclica Laudato si’, subrayando que “el trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal”. El papa también insiste en que la verdadera solución a la pobreza no puede limitarse a la asistencia: “El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.
Desde ITD reclaman escucha activa por parte de las instituciones públicas y la sociedad para “entender la precariedad laboral, la falta de acceso a la vivienda o la problemática para conseguir estabilidad vital o emocional”. Y concluyen con una llamada a la esperanza en medio de la dificultad, “no se olviden: la esperanza no defrauda nunca”, recuerdan citando la Bula de convocatoria del Jubileo 2025.
Francisco, “una voz que alentó la esperanza y la dignidad del trabajo”
La iniciativa también ha expresado su dolor y recuerdo a la figura y legado del papa Francisco “una voz que alentó la esperanza y la dignidad del trabajo”.
Para ITD, su magisterio fue una guía firme en defensa del trabajo decente como expresión de dignidad y justicia social. “El trabajo da dignidad”, recordaba, denunciando las condiciones que la niegan. También insistía en que “la esperanza no defrauda”, una convicción que hoy resuena con más fuerza entre quienes luchan por un futuro digno para las personas jóvenes.