Translate

miércoles, 5 de marzo de 2025

AL HABLA CON TU OBISPO

 


Querido amigo:
 
De nuevo me dirijo a ti para compartir las muchas satisfacciones y las recientes bendiciones de Dios que nos llenan de contento, como han sido el Encuentro de Familias, mi Visita Pastoral a Tarifa, la reunión de encargados parroquiales de liturgia, y, últimamente, la Peregrinación Diocesana a Roma, en la que tanto hemos disfrutado juntos renovando nuestra fe.

Al iniciar ahora la Cuaresma, este nuevo tiempo litúrgico tan importante, no quiero dejar pasar la oportunidad de invitarte a vivirlo con intensidad.

La Cuaresma que ahora comenzamos constituye un gran memorial de la Pasión del Señor, que nos prepara para la Pascua de Resurrección. Aunque en este tiempo se nos invita a practicar la renuncia penitencial, el tiempo de Cuaresma no se afronta con un espíritu triste, como si fuese un trabajo pesado y fastidioso, sino con el espíritu nuevo de quien ha encontrado en Jesús y en su misterio pascual el sentido de la vida, y comprende que ahora todo debe referirse a Él. Esta era la actitud del apóstol san Pablo, quien afirmaba que había renunciado a todo para poder conocer a Cristo, "el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a Él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos" (Flp 3, 10-11). 

Te animo, pues, a vivir la Cuaresma como un camino de liberación y plenitud, recordando el éxodo del pueblo de Israel, que establece un paralelismo con las dificultades que enfrenta hoy quien busca una vida mejor, viviéndolo como un espacio de preparación hacia la Pascua, con espíritu de peregrinación, unidad y confianza en Dios. 

Recuerda que la vida es un camino hacia Dios y que, por más incierto que parezca el tiempo, la fe sigue siendo el verdadero sostén del alma. La llamada a la conversión y a la esperanza es una exhortación para no caer en la parálisis espiritual, y para preguntarnos si realmente estamos en camino o acomodados en una fe sin compromiso. Dejemos lo superficial y volvamos a lo esencial. La certeza del amor de Dios es lo que sostiene al creyente en medio de las dificultades, y le anima a superarse y crecer.

Nos ayudará mucho estar unidos en la oración, pidiendo unos por otros, que es un deber de fraternidad cristiana y un signo de comunión.

Rezo para que María Santísima sea nuestra guía y maestra en el itinerario cuaresmal. Ella siguió a Jesús a Jerusalén para sufrir allí la Pasión, con fe total. Así, la gracia que ella misma había pedido para los esposos de Caná, la recibió antes que nadie al pie de la cruz, derramada del Corazón traspasado del Hijo, encarnación del amor de Dios a la humanidad (cf. Deus caritas est, 13-15).

Te comunico también que, con ocasión de mis Bodas de Oro sacerdotales, celebraré una Misa de Acción de Gracias en la Catedral de Cádiz, el sábado día 15 de marzo, a las 11’00 horas. Te agradeceré que ores por mí y des gracias al Señor conmigo por esta inmensa gracia que he recibido, por la que desempeño el precioso ministerio que me ha sido encomendado. Será una gran alegría si, además, participas en la celebración y tenemos ocasión de saludarnos.

Comparto contigo aquí el mensaje del Santo Padre el Papa Francisco para vivir esta Cuaresma. 

Con mi afecto y bendición

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario