UNA CONFERENCIA ANTERIOR DE HIGINIO MARÍN
OTRAS CHARLAS DEL PONENTE DE HOY
PALABRAS DE RODRIGO SÁNCHEZ GER EN LA INAUGURACIÓN DE AYER:
Estimado D. Rafael, una edición más de estas Jornadas Católicos y Vida Pública, y ya van 14, agradecemos contar con su presencia y con su intervención. Estimada María, muchas gracias por representar a la ACdP en estas Jornadas del Centro de Cádiz. Apreciamos y agradecemos el esfuerzo que sabemos te ha supuesto compartir con nosotros este primer día de Jornadas. Queridos amigos y amigas, muchas gracias por acompañarnos un año más.
“Vivir como si Dios existiera” ese es el lema de estas Jornadas, que proponemos como un reto, porque en nuestro mundo, Dios ha quedado fuera de la vida pública pues nos han hecho creer que no tiene nada que aportar. Ante esta realidad, podemos limitarnos a mostrar nuestro disgusto porque no nos gusta lo que vemos, y quedarnos ahí, pero esa no es la solución, ya nos lo dijo D. Rafael aquí mismo el año pasado, cuando afirmó: que hay que “dejar de hacer un duelo inacabable por la cristiandad”.
La otra, la única opción es aceptar el reto y la forma de hacerlo consiste en tomar postura y esto pasa por vivir nuestra fe en medio de esta realidad social indiferente y a veces hostil.
Por eso las Jornadas de este año comienzan con un tema nuclear en esta sociedad que se ha olvidado de Dios y ha divinizado los progresos de la ciencia y los avances de la técnica; Joaquín Campos, catedrático de la Universidad de Granada, nos hablará sobre si actualmente pueden convivir Ciencia y Fe. A veces oímos que la religión es misterio, pero ese dios de misterios es fácil de refutar, no es ese el dios de la doctrina cristiana. En realidad, un dios así es enemigo del hombre porque para existir y ser importante necesita un hombre ignorante y atrasado. Los cristianos no sólo no tenemos miedo a la investigación científica, sino que la alentamos y en muchísimos casos la protagonizamos.
Tras esta interesante conferencia, continuaremos mañana con otra que no lo será menos, Higinio Marín, Rector de la Universidad CEU Valencia nos hablará de cómo vivir como si Dios existiera en nuestra sociedad, porque el gran reto de nuestra fe es restaurar el binomio fe y cultura, porque si el gran éxito de los primeros cristianos fue conseguir incardinarse, inculturizarse, en la sociedad grecolatina, el gran riesgo que nos toca vivir a los cristianos de hoy es la amenaza de desculturización.
La ruptura entre el Evangelio y la cultura es el drama de nuestro tiempo, pues en la medida que la fe es vivida por personas con arraigo en una determinada cultura, ésta condiciona el modo de entender y asimilar la Fe, y si una y otra no van de la mano, las consecuencias no son buenas.
Por eso hoy es tan actual la primera carta de Pedro en la que éste exhorta a los cristianos a estar preparados para dar repuestas a todo el que pida razones de la fe y la esperanza. Lo que quiere decir Pedro es que el cristianismo no debe renunciar a ningún ambiente, porque el Evangelio tiene cabida en todos, también en los círculos ilustrados.
Por eso el gran reto de hoy es vivir el cristianismo, pensarlo y expresarlo en comunión con la cultura de nuestro tiempo, sin dejar de resistirnos a aquellos rasgos de la misma que deshumanizan a la persona.
Hoy día, mostrar a la sociedad actual la dimensión religiosa del hombre y, en este sentido, cristianizarla, es una exigencia ineludible. Por esto mismo, es necesario plantear en el foro público los argumentos promovidos por la visión de la fe. Y esto es responsabilidad nuestra, de cada uno de nosotros, hacer visibles nuestras creencias porque tenemos que reconocer que casi sin darnos cuenta hemos acotado nuestra relación con Dios a momentos concretos, del resto de nuestra vida lo hemos excluido.
El cristiano de hoy sabe que se ha acabado el Dios resuelve problemas, porque Dios no es una “instancia” a la que acudir en demanda de soluciones, Dios no está fuera y por encima, sentado en majestad, eso quedó atrás. Dios no puede suplirnos porque está dentro de cada uno de nosotros y actúa a través nuestra. Por eso, como decían los antiguos:
“Cuando Dios trabaja, el hombre suda”.
O en palabras de San Ignacio de Loyola: “Es necesario actuar como si todo dependiera del hombre y confiar como si todo dependiera de Dios”.
En fin, cristianos e Iglesia afrontamos un doble desafío; ésta última ha de hacer frente a la marea de indiferencia hacia el hecho religioso, incardinándose en su tiempo como ya lo hizo hace veinte siglos, como lo ha hecho siempre. Los católicos hemos de ser conscientes, a su vez, del gran desafío que hoy día es ser creyente, de la necesidad de convertirnos en cristianos a tiempo completo, porque en la superación de este desafío está el futuro de la Iglesia.
Finalizo, retomando las palabras de D. Rafael; se acabó el duelo por cristiandad, es tiempo de pico y pala. Hagamos nuestro, el lema del filósofo Julián Marías; “Que, por mí no quede”.
A todos os reitero, en nombre de los Propagandistas de Cádiz, nuestro agradecimiento por estar hoy aquí.
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