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viernes, 4 de octubre de 2024

CARTA PASTORAL DE NUESTRO OBISPO

 


MENSAJE EN AUDIO DEL SR OBISPO

MI CARTA PASTORAL AL INICIO DEL CURSO 2024-2025

(…). No es fácil vivir en este tiempo. Nuestro mundo padece por la precariedad laboral, la división política y social, la desigualdad, la dificultad de una vivienda digna, las rupturas familiares, la soledad, la falta de sentido en la vida, la presión de las ideologías, y tantas otras dificultades relacionadas con la salud, la enfermedad, o el desarraigo como consecuencia de la emigración. No obstante, en medio de esta sociedad doliente, los cristianos estamos llamados a ser testigos de la redención de Jesús, Nuestro Señor, crucificado y resucitado, que sale al encuentro de cada persona para invitarle a encontrar en Él el sentido de la vida y la respuesta a las diversas dificultades, sufrimientos y problemas que nos atenazan. Él espera de nosotros que, a pesar de nuestros pecados y debilidades, demos testimonio del que es el Camino, la Verdad y la Vida, saliendo al encuentro de cada persona que ansía la felicidad.

Sabemos de sobra que Jesucristo puede, en su misericordia, sanar todos los corazones y calmar la sed que esconde cada corazón humano. El Señor nos urge y, como a los primeros discípulos, nos envía por delante a los lugares y pueblos a donde Él quiere ir (cf. Lc 10,1). Para ello hemos de dejar que el Espíritu santo remueva nuestro interior disponiéndonos a amar sin reticencias, librándonos de rutinas, cansancios o perezas que nos pueden paralizar. Tampoco las dificultades del ambiente o los reparos en nuestra comunidad eclesial nos pueden frenar. Nada puede ser más potente que la llamada de Jesús a la misión y la fuerza del Evangelio, que hemos de anunciar como Iglesia misioneraen salida, más preocupada en el bien de los demás que en disquisiciones personales, desengaños pasados o rutinas endurecidas.

Pido al Padre Misericordioso que nos ilusione volver la mirada a Jesús, que anuncia la Buena Nueva a los pobres, cura a los enfermos, bendice a los niños, libera a los oprimidos por el diablo, hace una nueva familia con sus elegidos, y pasa por el mundo haciendo el bien. Os invito a orar conmigo para que nos mueva tan sólo el mismo Espíritu que le ungió a Él. Que Él nos bendiga y acompañe compartiendo esta valiosa misión. (…).

DESCARGAR Y SEGUIR LEYENDO LA CARTA PASTORAL.

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