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viernes, 7 de junio de 2024

Cáritas Diocesana de Ceuta y el Secretariado Diocesano de Mayores colaboran en el impulso de la Pastoral del Adulto Mayor

 


La consagración del año de la Eucaristía en la Diócesis de Cádiz y Ceuta, ha ofrecido a la feligresía ceutí, durante la semana de celebración por Corpus Christi, un espacio de reflexión sobre la mística social de la Eucaristía, destacada por el Sr. Obispo en su Carta Pastoral.

Bajo la presencia del Vicario General de Ceuta, el p. Francisco Jesús Fernández, y del Director de Cáritas Diocesana de Ceuta Manuel Gestal, el Vicario abrió el acto agradeciendo la participación de los asistentes y compartiendo la visión de la nueva pastoral de la Tercera Edad como una oportunidad para abordar una de las necesidades espirituales del tiempo actual, animando a los asistentes a revitalizar su espíritu de seguimiento del Señor.

La Directora del Secretariado Diocesano de Personas Mayores, María del Mar Manuz, enmarcó su reflexión en dos puntos fundamentales para la adhesión y vivencia de la Eucaristía: que la mística del sacramento tiene un carácter social,  porque la comunión con Cristo nos hace salir de nosotros mismos y, como consecuencia, es ineludible entender que una Eucaristía que no comporte un ejercicio práctico del amor es fragmentaria en sí misma (Deus caritas est, 14). A partir de este principio, la conferencia profundizó en la vejez como “lugar” de encuentro, por ser, como dice el Papa Francisco, junto con las migraciones, una de las cuestiones más urgentes que la familia humana está llamada a afrontar en este tiempo.

La exposición llamó la atención sobre el cambio de época que vivimos y sobre cómo en esta nueva época se está gestando un nuevo paradigma en la forma de comprender y vivir la vejez: “Para la condición humana en general, y para las personas mayores en particular, no pueden pasarse por alto los fuertes desafíos que se están planteando y los interrogantes inéditos respecto a cualquier otro momento histórico anterior.

En este contexto, la responsable de la Pastoral del Mayor mostró la realidad del empobrecimiento que sufren las sociedades actuales al rebajar o relativizar el valor y el sentido de la vida, expuestos a continuos recortes y descartes. Esta pobreza de visión debe llevar a la Iglesia y a toda la comunidad católica a redoblar su esfuerzo por defender la continuidad de la existencia humana en todas las edades de la vida.

En este sentido, la Iglesia quiere acompañar con nuevos recursos pastorales el proceso de envejecimiento del hombre y la mujer contemporáneos, hacer ver más claramente que la longevidad es un don de Dios lleno de sentido y responsabilidad social y eclesial. En palabras de la responsable diocesana de la pastoral, “quizás sea el tiempo más oportuno para testimoniar con credibilidad el valor y la verdad del amor cristiano, gracias a la perspectiva y a la riqueza de vida que dan los años”.

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